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El pasado viernes 15 de diciembre, Bolivia inauguró oficialmente su primera planta industrial de litio, diseñada para producir hasta 15.000 toneladas de carbonato de litio al año para abastecer vehículos eléctricos.
Sin embargo, la planta, que consideró una inversión de US$ 100 millones, comenzará a funcionar gradualmente y sólo alcanzará una quinta parte de su capacidad en 2024.
Entre los desafíos del proyecto cabe señalar que la salmuera de Uyuni, donde se ubica la fábrica, tiene altos niveles de magnesio, lo que hace que su litio sea menos puro y costoso de producir, y, además, el puerto más cercano está a 500 kilómetros y un paso fronterizo de distancia.
“Con la cantidad de recursos que tiene Bolivia, debería haber sido una potencia en el sector del litio hace mucho tiempo. Habrá que ver si esta vez será diferente", indicó Sung Choi, analista de metales y minería de BNEF.
La planta, tras cuya construcción estuvo un consorcio chino y que lleva tres años de retraso, no alcanzará su capacidad hasta 2025, según Karla Calderón, Presidenta Ejecutiva de YLB.
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