Hugh Rudnick, Académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Católica.

Rodrigo Escobar, Director del Programa Magíster en Ingeniería de la Energía de la UC.

Patricia Pérez, Presidenta de Asexma Chile A.G.

Nada es absoluto ni definitivo en lo relacionado a las medidas para controlar la crisis energética que se viene encima. Si hasta hace un par de semanas la aseveración por parte de la Presidenta Michelle Bachelet respecto a que no habría racionamiento eléctrico, dejaba dormir medianamente tranquilos a los empresarios, hoy la realidad es otra. Indudablemente, para la mayoría es más difícil conciliar el sueño hoy, teniendo en cuenta que hace pocos días la mandataria señaló que -dada las condiciones- el racionamiento programado es una alternativa que ya está siendo considerada.

No bastó la baja de voltaje -10% en todo el territorio nacional- ni la postergación de la entrada en vigencia del horario de invierno. Tampoco la campaña "Ahorra Ahora", de la Comisión Nacional de Energía (CNE), publicitada sólo desde hace un par de semanas. Está claro que el Gobierno se está apurando. Además de estas medidas, la Comisión de Minería y Energía aprobó por unanimidad el proyecto de ley que fomenta el uso de Energías Renovables No Convencionales (ERNC), iniciativa que -como señaló el Ministro de Energía Marcelo Tokman- será un impulso para que se desarrollen.

El origen de la crisis

No cabe duda que los problemas energéticos de Chile existen desde que las centrales hidroeléctricas emergieron como la gran fuente de generación de energía. De ahí en adelante, la escasez de agua cada invierno fue un gran dolor de cabeza, y la antesala de problemas en el suministro eléctrico. Pero la crisis se hizo inminente, según Hugh Rudnick, Académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Católica, producto de la desafortunada combinación de dos variables: el corte en el suministro de gas desde Argentina y la paralización de las inversiones en generación eléctrica. "Además del gran impacto que causó el cese del abastecimiento de gas desde Argentina, la situación empeoró porque se paralizaron las inversiones y como país tomamos medidas que detuvieron la inversión en generación en vez de re-estimularlas".

Respecto al actual escenario energético, Rodrigo Escobar, Director del Programa Magíster en Ingeniería de la Energía de la UC, asegura enfático que crisis es mucho decir. Más bien, argumenta que estamos frente a una situación de incertidumbre en el suministro eléctrico, que puede resultar en incapacidad temporal de satisfacer la demanda, pero no en un problema de energía. "Debemos ser capaces de reconocer que la electricidad es sólo una forma de energía -muy conveniente por cierto- pero no única y excluyente de otras. Es poco probable que la situación actual derive en un cambio de paradigma energético ‘eléctrico’, necesario para definirla como crisis", sostiene.

Coincide con Hugh Rudnick en que el mercado ha resultado ser incapaz de realizar las inversiones necesarias para asegurar el suministro y señala que el segundo gran responsable es el Gobierno, que en su calidad de garante de los derechos básicos de las personas ha sido incompetente para analizar la situación actual y proyectarla a futuro. "Vamos de problema en problema, sin acertar en la definición de una política de mediano y largo plazo que asegure el suministro eléctrico y de energía en general", manifiesta.

Asimismo, Rodrigo Escobar, asegura que el Estado debe hacerse cargo de promulgar leyes eficientes. "Con el marco legal actual, no existen incentivos para proyectos de energía renovable mayores a 20 MW de capacidad instalada, por lo que básicamente si la ley es exitosa nos vamos a llenar de miniproyectos en la escala de decenas de MW, cuando necesitamos muchos de centenas de MW".

Sin embargo, más que mirar hacia atrás y buscar responsables, Patricia Pérez, Presidenta de Asexma Chile A.G., asegura que lo importante es definir qué hacer para que el impacto del tema energético en las empresas y en los usuarios sea lo menos perjudicial posible. "El racionamiento que se anunció para marzo es muy preocupante para nuestro sector, ya que existen empresas que requieren que sus máquinas funcionen las 24 horas del día para cumplir con las obligaciones de producción, a nivel local y externo", explica.

Producción ¿A media luz?

Aunque hasta hace sólo unas semanas el Gobierno desestimaba la posibilidad de un racionamiento eléctrico en el país, el Ministro de Energía, Marcelo Tokman, y la propia Presidenta Bachelet -frente al recrudecimiento de la sequía y a algunas fallas en importantes centrales eléctricas- admitieron la posibilidad cierta de aplicar cortes programados de electricidad.

¿Qué ocurrirá cuando de vuelva a apagar la luz en horas productivas? De acuerdo a la opinión de los expertos, el país entero se verá afectado. Es posible, como señala Rodrigo Escobar, que Chile descienda varios escalones en el ranking de competitividad internacional, al quedar expuesto a detenciones no programadas de sus actividades productivas, o al aumentar el costo de producción de sus bienes y servicios.

Sin lugar a dudas -de acuerdo a la opinión de Hugh Rudnick- el sector industrial será uno de los más afectados, porque ve paralizada o reducida su producción. "Ya ve impactada su operación por las alzas en el costo de la energía eléctrica, pero en caso de cortes en el suministro verán impactada su producción, lo que es muchísimo peor", aclara.

La Pyme es, según Asexma, uno de las grandes víctimas de la crisis. A juicio de su máxima autoridad, "en caso de haber racionamiento energético con cortes programados, las pequeñas empresas tendrán que dejar de operar durante algunas horas del día, lo que además de disminuir su producción; genera un tiempo de ocio entre los trabajadores que es difícil de reemplazar por otra actividad. Asimismo, el aumento del precio de la energía afectará directamente los costos de producción de las empresas, considerando que sólo en el primer bimestre de este año casi se ha triplicado respecto a igual período del año pasado".

¿Cómo hacer frente a eventuales cortes? Según los entendidos, las empresas deberían buscar la forma de hacer los ajustes para evitar restricciones. Si bien no existen muchas opciones, es necesario ver de qué manera restringir el consumo de energía al interior de los centros de producción. Asimismo, es imprescindible revisar el proceso productivo, de manera de detener los que tengan el menor impacto en el negocio.

También es necesario analizar el costo de no producir versus el costo de suministro desde fuentes alternativas. A estas alturas, señala Rodrigo Escobar, "estamos condenados a perder, y lo único que resta por definir es cuánto perderemos: si mucho o poco". Otra alternativa es asegurar parte del suministro energético a través de la co-generación con grupos electrógenos.

Pero, pese a toda medida paliativa, para Asexma es difícil que las empresas puedan mitigar completamente un impacto tan fuerte como el racionamiento eléctrico. En este sentido, Patricia Pérez señala que el Gobierno debe considerar todas las variables que están afectando a la productividad y competitividad de las empresas, las que en el caso de las socias de Asexma -que son exportadoras de manufacturas- son la caída del dólar y la crisis energética; dos fuertes variables, de alto impacto, es sus costos.