HIDRÓGENO VERDE Un actor esencial en la transición energética  Anivel mundial, el hidrógeno verde se ha convertido en un componente crucial para la transición energética debido a su capacidad para descarbonizar sectores considerados difíciles de electrificar, como la industria pesada y el transporte. Su versatilidad no sólo le permite actuar como combustible, sino también como materia prima en la producción de productos químicos, como el amoníaco y los fertilizantes.
Además, tiene el potencial de desempeñar un papel central en el almacenamiento de energía, ayudando a equilibrar la oferta y la demanda en sistemas energéticos que dependen de fuentes renovables intermitentes. Como se puede suponer, este aspecto es de suma importancia en un contexto de creciente adopción de energías limpias, ya que el hidrógeno puede almacenar el exceso de energía generado durante los periodos de alta producción.
Para integrar el hidrógeno verde en la economía global, es necesario desarrollar la infraestructura adecuada para su producción y distribución. Las inversiones en tecnologías de electrólisis y en sistemas de transporte de hidrógeno están en aumento, lo que augura un futuro prometedor para este recurso en la lucha contra el cambio climático.
Tipos de hidrógeno El hidrógeno verde se produce mediante la electrólisis del agua, usando electricidad generada por fuentes de energía renovable, como la solar y la eólica. Este proceso no emite dióxido de carbono (CO2) y tiene un impacto ambiental significativamente menor en comparación con otros tipos de hidrógeno, como el gris y el azul.
 • Hidrógeno gris: Se produce principalmente a partir de combustibles fósiles, como el gas natural, mediante un proceso conocido como reformado de metano. Este método genera grandes cantidades de CO2, con emisiones que pueden alcanzar hasta 10 kg de CO2 por cada kilogramo de hidrógeno producido.
• Hidrógeno azul: Su producción es similar a la del hidrógeno gris, pero incorpora tecnologías de captura y almacenamiento de carbono (CAC) que buscan reducir las emisiones de CO2. Sin embargo, este método no elimina completamente las emisiones, resultando en aproximadamente 3,5 a 4 kg de CO2 por kilogramo de hidrógeno.
La producción de hidrógeno verde, en cambio, no genera emisiones de CO2 durante su proceso, lo que lo convierte en un recurso clave en la lucha contra el cambio climático y en la transición hacia una economía más sostenible.
Tecnologías de producción de hidrógeno verde  El hidrógeno verde se genera mediante la electrólisis del agua utilizando electricidad proveniente de fuentes renovables. Existen varios métodos avanzados para su producción, cada uno con características y eficiencias distintas:
• Electrólisis alcalina: Es el método más común, con una eficiencia del 50-70%. Requiere agua desmineralizada y un electrolito alcalino, como el hidróxido de potasio. Aunque es una tecnología consolidada, se están realizando esfuerzos para mejorar su eficiencia y reducir costos.
• Electrólisis de membrana de intercambio de protones (PEM): Ha ganado interés recientemente por su mayor eficiencia, que oscila entre el 60-75%. Utiliza una membrana polimérica como electrolito y opera a presiones más altas, lo que permite reducir el tamaño de los componentes. Sin embargo, su costo sigue siendo superior al de la tecnología alcalina.
• Electrólisis de óxido sólido (SOEC): Funciona a altas temperaturas (700-850°C) y tiene una eficiencia del 80-90%. Utiliza un electrolito cerámico sólido y puede producir hidrógeno a partir de vapor de agua. Aunque es prometedora, esta tecnología aún está en desarrollo y enfrenta desafíos relacionados con la durabilidad y los materiales.  Innovaciones en electrolizadores Los electrolizadores son componentes clave en las plantas de hidrógeno verde, ya que determinan la eficiencia del proceso de electrólisis. Las innovaciones en esta área son esenciales para reducir los costos de producción. Entre los principales avances se incluyen:
• Mejoras en los materiales de electrodos y membranas para aumentar la eficiencia y durabilidad.
• Desarrollo de electrolizadores a gran escala para aprovechar las economías de escala.
• Integración de electrolizadores con fuentes de energía renovable para optimizar la eficiencia.
• Avances en la automatización y control de los sistemas de electrólisis. Proyectos de producción a gran escala en Chile En los últimos años, Chile se ha ido posicionando como un líder en la producción de hidrógeno verde, con varios proyectos a gran escala en desarrollo, como los siguientes ejemplos:
• Proyecto Hydra de Engie y Enaex en Antofagasta, con una capacidad de 26 MW.
• Proyecto de Hy24 y Enagás en Magallanes, con una capacidad de 1,2 GW.
• Proyecto de Enel Green Power en Antofagasta, con una capacidad de 1,8 GW.
Estos proyectos utilizarán tecnologías avanzadas de electrólisis y aprovecharán el excelente potencial de energía renovable de Chile, contribuyendo significativamente al desarrollo de una economía basada en el hidrógeno verde en el país. Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde La Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde, presentada en noviembre de 2020, tiene como propósito establecer a Chile como un líder global en la producción y exportación de hidrógeno verde. Esta estrategia se apoya en la abundante disponibilidad de recursos renovables, como la energía solar y eólica, que facilitan la producción de hidrógeno a bajo costo.
Objetivos principales La estrategia establece tres objetivos fundamentales:
• Producción económica: Generar el hidrógeno verde más asequible del mundo para 2030, con un costo objetivo de menos de 1,5 USD/kg.
• Exportación: Convertirse en uno de los tres principales exportadores de hidrógeno verde para 2040.
• Capacidad de electrólisis: Alcanzar una capacidad de electrólisis de 5 GW para 2025 y 25 GW para 2030.
Plan de acción Para lograr estos objetivos, se han delineado acciones específicas:
• Fomento del mercado: Implementar iniciativas que promuevan el uso interno y la exportación de hidrógeno verde.
• Regulación y seguridad: Desarrollar normativas y realizar proyectos piloto para asegurar la producción y uso seguro del hidrógeno.
• Desarrollo social y territorial: Crear polos de desarrollo que beneficien a las comunidades locales.
• Capacitación e innovación: Fomentar la formación de habilidades en la fuerza laboral y promover la innovación tecnológica en el sector.
A pesar de su ambición, la estrategia reconoce importantes desafíos, como la necesidad de tecnología avanzada, capacitación especializada y una adecuada coordinación entre los sectores público y privado. Sin embargo, las condiciones naturales y la ubicación de Chile brindan una oportunidad única para liderar en la producción de hidrógeno verde, contribuyendo así a la descarbonización global y al desarrollo sostenible. |
