Parece una paradoja o incluso un truco para vender, pero no es así. Efectivamente, podemos generar importantes ahorros comprando productos de mayor valor. Aunque esto se aplica generalmente a productos de todos los tipos, analicemos la situación usando equipos de iluminación.

Si compramos un producto de iluminación de precio bajo, podemos estar seguros de que es un producto de tecnología antigua, que seguramente está fabricado con materiales y componentes de menor calidad, ya que nadie fabrica productos con componentes de alta tecnología y materiales de baja calidad (o a la inversa).

Esta sola definición permite extrapolar algunos aspectos muy interesantes de analizar.

En iluminación, tecnología antigua hoy no supera los 100 lúmenes por watt (lm/W) o quizás los 110. Es decir, por cada watt consumido, solo se generan 100 o 110 lúmenes. Esto se traduce directamente en la cantidad de lámparas necesarias para obtener los resultados esperados (recordemos que lux es la cantidad de lúmenes por m2), lo que, como se comprenderá, generará aumentos en el consumo, resultados lumínicos inciertos y mayores costos de tendido eléctrico, instalación y posterior mantención.

Fabricar productos con materiales de menor calidad implica necesariamente menor vida útil (no es lo mismo antimonio que aluminio). Siempre debemos tener presente que un producto se comportará como su peor componente. Es decir, la probabilidad de falla aumenta exponencialmente cuando tenemos materiales o componentes de menor calidad, lo que se traduce en mayor mantención y costos por reemplazos.

Como vemos, productos de mejor calidad (que son, obviamente, de mayor valor) permiten asegurar resultados óptimos y disminuir costos por equipos de iluminación, ya que la cantidad de equipos de iluminación puede disminuir en forma importante. Solo pensemos en la diferencia entre 100lm/W y los 160 o 170lm/W de los productos de calidad. Quiere decir, que necesitaremos casi un 35% o 45% menos lámparas (65 o quizás 55 lámparas en vez de 100) para obtener los mismos resultados lumínicos, pero ahora con certeza, con menores costos de tendido eléctrico, consumo y mantenimiento.

Finalmente, los productos de mayor valor son de mejor calidad y sus materiales y componentes son de mejor calidad, asegurando una vida útil de acuerdo con las expectativas, lo que implicará menor degradación lumínica y menores costos por reemplazos.