IP y NEMA: dos índices que representan calidad y confianza Por Isabel Marín, Arquitecto Iluminación de Emergencia de KOLFF. / www.kolff.com El IP (Índice de Protección) es un código, cuyos números están ligados a la protección que tienen los diferentes equipos de iluminación de emergencia contra la penetración de cuerpos sólidos extraños a los mismos, así como agua u otras sustancias al interior de la caja. Este código permite suministrar una información adicional a los clientes, operadores y profesionales de la industria sobre la calidad y hermeticidad de los equipos.
El IP está compuesto por dos números, generalmente denominados primera y segunda cifra característica. La primera cifra característica del IP tiene que ver con la capacidad del equipo de permitir la penetración de partes sólidas en su interior que interfieran en el funcionamiento normal del equipo. En tanto, la segunda cifra característica se refiere a la protección de los componentes interiores del equipo ante la acción del agua.
La primera cifra del IP va del 0 al 6, donde 0 representa “nula protección” y 6, “máxima protección” ante un componente externo. En tanto, la segunda cifra del IP va del 0 al 8, donde 0 es absolutamente sin protección ante la acción del agua y 8, una máxima defensa ante chorros o inmersión prolongada en el agua, que son los percances extremos que pueden tener estos equipos.
El IP se trata de un índice que poco a poco se ha ido globalizando a lo largo de la industria, sin embargo aún hay características particulares en cada país. En efecto, si bien se trata de una norma internacional, en cada país las cifras características representan diferentes escalas de protección. El desafío, en ese sentido, es tender a la estandarización de las escalas a nivel regional, para que la regla pueda ser aplicable a diferentes realidades. ¿Qué es el índice NEMA? Por su parte, el índice NEMA (del inglés “National Electrical Manufacture Association”) tiene su origen en los Estados Unidos y tiene que ver con la protección de las personas ante el contacto involuntario con los equipos eléctricos. En otras palabras, es un índice que marca cuánto resiste la caja y las partes internas de un equipo para soportar influencias externas, tales como golpes o manipulaciones humanas. Este código, al igual que el IP, tiene una numeración, pero esta vez desde 1 a 13, donde 1 es la protección mínima y más simple -que podría ser la suciedad del equipo- y 13, la protección más alta, desde el polvo, hasta la máxima suciedad, salpicaduras de agua, aceite y medios corrosivos. Mientras mayor sea el factor NEMA, más adversidades puede resistir el exterior del equipo.
El NEMA, al ser un índice que proviene desde el extranjero, es adaptado muchas veces a la realidad chilena. La mayoría de estos estándares provienen de mercados industrializados mucho más avanzados (en este caso, EE.UU.), por ello la tendencia debe ser hacia una adaptabilidad de nuestras normas de seguridad hacia esos patrones, es decir, tender hacia una calidad global, altamente competitiva.
Si bien estos dos índices no tienen que ver uno con el otro y pueden emplearse por separado, el ideal es que cada producto posea un grado IP y un factor NEMA, pues generalmente cuando un índice es bueno, el otro se corresponde con este. En todo caso, en nuestro mercado, cualquier equipo que tenga entre sus características uno de estos índices está en un estándar considerablemente bueno, pues son equipos evaluados, regidos por normas y que pasan por procesos muy estrictos de certificación. Solo con decir que tiene un buen IP o un factor NEMA es una garantía para el cliente.
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