Por Francisco Calderón y Allan Lüders, coordinadores área Robótica de POCH. poch@poch.cl
Allan Lüders
Francisco Calderón
Desde sus inicios en la década de los 60, la robótica industrial mundial ha avanzado en forma progresiva, abarcando cada vez más industrias y mercados. Continuos desarrollos en el área han permitido que estos sistemas puedan abordar una gama creciente de necesidades a menores costos, con mayores rendimientos y mínimas tasas de falla. Hoy en el mundo se venden más de 180.000 unidades anuales, y se estima que existen sobre 1.300.000 unidades en operación.
En nuestro país, si bien la robótica tuvo un comienzo tímido en relación a sus pares de la Región, hoy ciertas industrias locales están mostrando una rápida adopción de esta tecnología. Lo anterior hace inevitable que estas tengan que estar preparadas para evaluar e incorporar estos equipos a sus procesos en forma efectiva.
El escenario local
Dentro de nuestras fronteras, la robótica industrial comenzó a desarrollarse comercialmente hace poco más de 15 años. A la fecha no existen estadísticas certeras sobre su penetración real en la industria, pero se estima que existen varios centenares de robots en producción enfocados principalmente a labores de paletizado, empacado y soldadura.
Al comparar el número de robots per cápita con países industrializados -o incluso con otros países de la Región, como Argentina y Brasil-, el número en Chile es bajo. Esto se explica porque parte importante de las ventas de robots en el mundo están asociadas a industrias no desarrolladas en el país. Por ejemplo, solo la industria automotriz justifica casi un 40% de las ventas de robots industriales en el mundo.
Sin embargo, ciertas industrias en Chile, en particular la de alimentos y bebidas, están mostrando señales de estar incorporando robots industriales en forma importante. Hoy es cada vez más común encontrar decenas de robots empacando y paletizando en los fines de línea de plantas productivas en forma integral.
Proyecciones
La situación económica del país, así como mayores exigencias para competir en el mercado mundial y las condiciones laborales actuales en la industria, hacen presagiar que estamos al comienzo de un crecimiento vertiginoso de la robótica industrial en Chile en los próximos años. En términos económicos, el PIB (PPA) per cápita en Chile ha crecido en forma sostenida durante los últimos años, desde los US$9.300 en el año 2000 hasta un valor por sobre los US$19.000 en 2014, proyectándose por sobre los US$26.000 al 2019, lo que conlleva aumentos sostenidos en los costos operacionales de las empresas.
Por otra parte, las industrias deben igualar los estándares internacionales de calidad, seguridad e higiene. Por ejemplo, la inocuidad del producto en la industria del alimento requiere la automatización de los procesos que están en contacto directo con el producto.
En términos laborales, Chile no es ajeno a la tendencia mundial de proteger la salud ocupacional de los trabajadores. Por ejemplo, nuevas disposiciones legales limitan qué pueden manipular y dónde pueden trabajar. Además, los mismos trabajadores son cada vez más exigentes a la hora de buscar trabajo, siendo cada vez más reticentes a realizar funciones tediosas, o que se encuentren en ambientes hostiles. Esta nueva realidad laboral, social y económica del país hace vislumbrar un rápido aumento de la tasa de adopción de soluciones de robótica industrial en Chile. El aumento hoy en el número de robots en la industria de alimentos y bebidas es probablemente uno de los primeros signos de una robotización masiva de los procesos productivos en todas las industrias.
Nuevas tecnologías, nuevos desafíos
La robótica presenta una oportunidad para dar solución a la necesidad de automatizar procesos; y la industria requerirá incorporar nuevas competencias para evaluar y adoptar estas nuevas tecnologías. Si bien la mayoría de las soluciones de robótica industrial son casos de éxito, no son pocos los proyectos que han fracasado en Chile y el mundo por problemas en su planteamiento inicial o por el uso de periféricos inadecuados.
Un concepto clave al implementar una solución robótica exitosa es entender que estas son desarrolladas por integradores. Es decir, si bien es el robot la parte más visible de una solución de este tipo, la selección de una marca “premium” no es por sí sola garantía de éxito. Los elementos periféricos tales como el gripper (herramienta) y transportadores anexos son tan importantes como el robot. La experiencia muestra que son los periféricos los que tienen mayor probabilidad de falla, ya que comúnmente se fabrican en volúmenes mucho menores que los robots. Consecuentemente, el éxito de un proyecto dependerá fundamentalmente de la experiencia y capacidad del integrador, y también de la calidad de los periféricos utilizados.
Otro aspecto clave es el trabajo conjunto del integrador con la planta. Por lo general, los proyectos técnica y económicamente exitosos están ligados a un trabajo conjunto, en el que se flexibilizan ciertas variables de planta para adaptarse a soluciones estándares técnicamente ya validadas en aplicaciones similares. La necesidad de incorporar estas soluciones a los procesos productivos en Chile es indiscutible. Sin embargo, resulta fundamental conocer profundamente los conceptos anteriores a la hora de incorporar estas nuevas tecnologías para que estos nuevos e incansables compañeros de trabajo se adapten de la mejor forma a los procesos productivos.