¿Qué han aprendido con este programa de Eficiencia Energética?
Hemos entendido que por las características del negocio minero, la demanda de energía es creciente: las distancias de transporte aumentan, los piques son más profundos, es necesario agregar valor al producto (por ejemplo, producir ánodos o cátodos en vez de vender concentrado), etc. Todo esto implica un mayor gasto de energía. Asimismo, que hay variables que van en contra del ahorro de energía para la industria en general, como las medidas de cuidado medioambiental (más filtros o catalizadores), rebombeo de aguas o de mejoramiento de las condiciones de los trabajadores (calefacción, iluminación, ventilación, etc.), porque involucran un mayor gasto energético.

En este sentido, es positivo tener metas de reducción, ya que de lo contrario, si no se hace nada, el consumo unitario continuará subiendo. De hecho, consideramos que la estabilización del consumo ya es un logro. Pretender bajar el consumo energético, pasaría necesariamente por bajar los niveles de producción.

¿Qué medidas han implementado?
Tenemos un completo sistema de reportes mensuales de consumo energético y de aguas y de emisiones de CO2, habilitado para todos los procesos y divisiones. Además, estamos desarrollando distintos proyectos que apuntan a la reducción de energía en base al negocio como usual. Es decir, se trata de que sean cambios permanentes que no alteren nuestra productividad.

¿Han realizado auditorías?
Hemos hecho dos auditorías externas a distintas faenas y se han determinado potenciales ahorros de un 2,5% a un 2,8% del total de la operación, con inversiones sobre US$2 millones, y con un retorno de la inversión de tres a cuatro años. Es decir, desde el punto de vista económico, no son muy atractivos. En general, todas las iniciativas entregan economías de un 1% a 3%. Quizás se podría encontrar un sistema con el que se pueda lograr un 10% de ahorro, pero esa cifra dentro del total representa un ahorro de 0,5% ó 1%.

¿A qué se debe que se obtengan ahorros tan pequeños?
Una razón es que la Gran Minería chilena ha implementado tecnologías bastantes modernas. Por lo general, todos los profesionales de las grandes compañías mineras tienen acceso a empresas similares y a centros de investigación de todas partes del mundo. Entonces, si mañana se anuncia un producto novedoso, al día siguiente se conoce acá. En este sentido, no estamos atrasados tecnológicamente, sino que estamos bastante al día. Como consecuencia, los espacios de mejora en términos de ahorro energéticos son menores.

Por ejemplo, nuestro proyecto Desarrollo Los Bronces, que parte su operación en el año 2011, está incorporando la última tecnología, como motores de alta eficiencia, variadores de frecuencia, iluminación eficiente, entre otros productos. Entonces, no se le puede exigir, al día siguiente de su puesta en marcha, un 5% de mejora en su consumo de energía.

Esto refleja que no es fácil ahorrar, pero en ningún caso significa que hemos bajado los brazos, sólo que cuesta encontrar grandes oportunidades de ahorro.

¿Qué otras medidas han tomado?
Para este año, nos hemos orientado completamente a la instrucción básica de Eficiencia Energética, ya que en la medida que un trabajador esté convencido de la importancia de este concepto, comienza a ver qué medidas de eficiencia se pueden incorporar en su proceso y a buscar oportunidades de ahorro. Para esto, estamos desarrollando un programa piloto en dos divisiones, para las cuales aspiramos lograr un ahorro de 1% a 2%, porque sabemos que puede haber alguna desviación en la operación, pero es mínima.

Como apoyo a lo anterior, estamos desarrollando un software que nos permita entender las conductas operativas de los trabajadores para poder estandarizarlas y nivelar hacia arriba, pero, de nuevo, sólo lograremos subir la eficiencia en un 2% ó 3%.

En este escenario, ¿cuáles son las metas para el próximo año?
Para el 2010, deberíamos tener un 10% de reducción de intensidad de energía respecto al 2004, y estamos para alcanzar esa cifra, pero no será fácil lograrlo. Nuevamente, a nivel de la minería del cobre, la intensidad de energía por tonelada de cobre ha aumentado. Por lo tanto, Anglo American Chile está revisando constantemente sus metas, acorde a las particularidades de la Industria Minera. Las metas tienen que ser desafiantes, difíciles, pero alcanzables. Un 10% de reducción de energía, respecto al negocio como usual puede ser alcanzable en un período de unos 10 años.