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En un contexto donde los gastos comunes no dejan de subir -con aumentos de hasta un 30% en el último año, según datos de la Cámara Chilena de la Construcción- y donde más del 80% de los residentes desconoce en qué se gasta su dinero, la vida en comunidad se ha convertido en una experiencia cada vez más costosa y menos transparente. El modelo actual exige, pero no existe una alternativa que permita un retorno financiero. ¿Qué pasaría si, en lugar de solo pagar, la solución estuviera en la misma comunidad y los residentes pudieran recibir beneficios reales y tangibles?
Ese es el punto de partida de PLATX, una plataforma chilena que busca transformar la forma en que se gestionan los edificios residenciales. Su propuesta combina tecnología, eficiencia administrativa y una visión innovadora: convertir las operaciones inmobiliarias -como arriendos y ventas- en ingresos para la comunidad. Además, ofrece herramientas como conserjería digital, citofonía móvil, control automatizado de visitas y una app para residentes que facilita la vida cotidiana y promueve la transparencia.
En el fondo, es un ecosistema completo para comunidades residenciales: una plataforma de gestión financiera para gastos comunes, un sistema de licitaciones internas y un portal de proveedores para obtener mejores precios y condiciones. A esto se suma una app móvil para residentes con funcionalidades de comunicación, reservas, pagos y reportes; y una unidad inmobiliaria que, sin cambiar la estructura del edificio, genera retornos por cada operación comercial. Todo esto con una lógica modular, que permite adaptarse a edificios nuevos o antiguos, pequeños o grandes.
“Hoy, los edificios funcionan como sistemas extractivos: todo se paga, pero nada vuelve. PLATX nace para romper con esa lógica, incorporando herramientas tecnológicas simples pero efectivas, y sobre todo, una mirada de beneficio colectivo”, explica Jonathan Guinart, fundador de la plataforma.
Este enfoque ha captado tanto el interés de residentes que buscan alivianar su carga económica como de inversionistas y administradores que valoran su escalabilidad, transparencia y capacidad de generar retornos sin necesidad de modificar la estructura del edificio.
Además de mejorar la gestión interna de comunidades, abre una puerta a la gestión de activos inmobiliarios a través de un modelo de beneficios compartidos. Edificios antiguos o subutilizados pueden, con una correcta implementación de la plataforma, convertirse en espacios más rentables y sostenibles, sin necesidad de grandes inversiones físicas.
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