 |
|
|
Cuando los muros están fríos, es un indicio claro de baja aislación térmica. Esta se evalúa a través de la resistencia térmica de los materiales o su inverso, la transmitancia térmica. Una mala aislación favorece la aparición de hongos y enfermedades respiratorias, afectando especialmente a niños y adultos mayores, advierte Paula Araneda, Jefe de la División de Tecnología de la Construcción del Idiem.
La humedad en los muros representa una amenaza importante, especialmente para las personas más vulnerables, a infecciones respiratorias durante el invierno. Estas condiciones pueden corregirse incorporando aislación térmica tanto por el exterior como por el interior de las viviendas.
“La aislación térmica es el abrigo de las casas. A diferencia de las personas, que pueden adaptarse al clima con más o menos capas de ropa, las viviendas deben construirse desde el inicio con la protección adecuada”, señala Paula Araneda.
Como la vivienda no es dinámica, debe diseñarse para enfrentar las peores condiciones climáticas esperadas. En última instancia, es el habitante quien sufre el frío cuando la aislación falla. Al igual que nosotros sin abrigo, el calor interno se pierde hacia el exterior. “No se puede aspirar a un consumo energético eficiente sin una adecuada aislación térmica”, recalca la especialista.
La aparición de hongos en techos y muros, condensación extrema en las ventanas o simplemente sentir los muros fríos son señales inequívocas de un problema de aislación térmica. “Una casa mal aislada desperdicia energía. Puedes encender una estufa, pero gran parte del calor se pierde. La aislación es esencial no solo por confort, sino también por salud y eficiencia energética, especialmente en el contexto climático actual”, enfatiza Araneda.
En Chile, las normativas de construcción y aislación térmica consideran la diversidad geográfica y climática del país. Desde el año 2000, se ha implementado una reglamentación que ha sido actualizada con el tiempo para mejorar el confort térmico y el desempeño energético de las edificaciones.
Actualmente, el país está dividido en siete zonas térmicas, desde los climas más cálidos del norte hasta los más fríos del sur, lo que determina las exigencias específicas para cada región. A partir de noviembre, la nueva normativa considerará nueve zonas y una mayor exigencia de aislación térmica y ventilación. El Idiem, con más de 100 años de experiencia, cuenta con laboratorios especializados donde se prueban materiales frente a distintas condiciones climáticas.
Afortunadamente, las brechas son reversibles. Existen múltiples soluciones constructivas para mejorar la aislación térmica de una vivienda:
- Sistema EIFS (Exterior Insulation and Finish System): ampliamente usado en viviendas nuevas.
- Soluciones interiores para viviendas existentes: combinaciones de poliestireno expandido con placas de yeso cartón.
- Materiales innovadores: como celulosa proyectada, fibras animales o textiles reciclados.
Mientras se resuelven estructuralmente las brechas de aislación, se sugiere tomar medidas sencillas, tales como ventilar adecuadamente los espacios, evitar secar ropa en el interior, prescindir de calefactores que generen vapor de agua.
|