A cinco años de la caída del puente Morandi de Génova, Italia, Gianni Mion, ex director general de Edizione, holding de la familia Benetton que gestionaba la obra, reveló que se supo de un posible colapso de la estructura en una reunión en 2010, ocho años antes del derrumbe en el que murieron 43 personas

“Se supo que el puente tenía un defecto originario de proyección y corría el riesgo de colapsar”, dijo Mion al declarar como testigo en el juicio de esta tragedia.

Edizione controlaba Atlantia, el mayor concesionario de autopistas en Italia, y Autostrade per l’Italia (ASPI), la empresa encargada de la gestión y el mantenimiento de la red de carreteras.

“Pregunté si había alguien que certificara la seguridad y Riccardo Mollo me dijo ‘la certificamos nosotros’”. Mollo era en ese momento director general de ASPI.

El ejecutivo indicó que en dicha reunión todos estuvieron de acuerdo en la autocertificación. “Dado el tipo de obra, o la verifica un tercero o cierras el puente. Pero la autocertificación sólo me parecía absurda a mí, nadie más tenía duda alguna, todos estaban de acuerdo”.

“Sabíamos que el puente tenía un problema de diseño, lo sabíamos. Todo el mundo estaba en esa reunión: el consejo de administración de Atlantia, el consejero delegado, el director general, la dirección, y nos explicaron que ese puente tenía una peculiaridad de diseño que lo hacía muy complicado. Un puente muy original pero problemático”, agregó Mion.

El puente Morandi de Génova se desplomó el 14 de agosto de 2018, causando la muerte a 43 personas, partiendo la ciudad en dos y obligando a cientos de personas a abandonar sus casas.

El puente fue reconstruido con un diseño del arquitecto Renzo Piano e inaugurado el 3 de agosto de 2020. Construido en acero, el nuevo viaducto está formado por 18 pilones y 43 farolas, en recuerdo de las víctimas que perdieron la vida.