La ciudad a 15 minutos es la premisa de la apuesta por un mundo más sustentable y tiene que ver con que la vida de las personas transcurre a 15 minutos máximo de sus hogares. Es de esta manera como se puede configurar un nuevo polo inmobiliario, donde se proyecten lugares de uso mixto y diversos en lo comercial, laboral, educación, cultura y lugares de esparcimiento.

“Este concepto ofrece una disminución de los desplazamientos forzados que se producen en las ciudades, yendo hacia los lugares de destino final y nutriéndose de distintos servicios para vivir en una ciudad corta, abordable a pie o en bicicleta. Dicho de otra manera, la ciudad a 15 minutos es la llave para resolver un gran problema de segmentación e inequidad en el acceso a servicios, donde todo lo que necesitamos está a largas distancias”, explica Patricio Fernández, gerente de Desarrollo de Greystar Chile.

En este sentido, para Greystar es primordial dar cumplimiento a las políticas ESG (environment, sustainability and governance). Aparte de enfocarse en la sustentabilidad, también mira las condiciones del entorno. “Siempre buscamos que nuestras comunidades cuenten con buen acceso a servicios y redes de transporte, así como también un buen puntaje en plataformas como walkscore”, es decir que cumplan con un puntaje único para evaluar cuán transitable es un lugar, vecindario o ciudad en particular.

Es importante destacar que esto no sólo se trata de evaluar el momento presente de una ubicación en particular, “la mirada de Greystar tiende a ser de mayor plazo que el ciclo inmobiliario de venta, es decir no solo miramos el presente, sino también lo que pasará de aquí a cinco o diez años, y de qué manera nosotros podemos impactar positivamente en la calidad de vida del barrio”, afirma Fernández.

Mirando Santiago en particular, la mayor presencia de edificios destinados a renta residencial coincide con grandes subcentros como Ñuñoa, La Florida y Santiago, lugares que justamente concentran una robusta oferta de servicios. Sin embargo, progresivamente se han visto aperturas en nuevas ubicaciones que hace unos años eran impensadas, tales como Huechuraba y Lo Barnechea, entre otros.

El desafío de embarcarse en ubicaciones “más verdes” radica en el perfilamiento del potencial cliente, es decir, entender cuál será la dirección que tomará un determinado barrio, esto en el entendido que la renta residencial posee distintas categorías, enfocadas en segmentos etarios específicos tales como: estudiantes, profesionales insertándose en el mercado laboral, nidos en formación, adultos mayores autovalentes, entre otros.

Por otra parte, “como se sabe, casi el 100% de los edificios de renta residencial están en Santiago, pero creemos que esto se debe más a un tema de madurez de mercado y conocimiento del producto. Prueba de ello es que ya vemos los primeros proyectos en algunas ciudades de mayor escala, tales como Antofagasta -por la industria minera-, Valparaíso -por la actividad portuaria y comercial-, Biobío -debido a la actividad forestal, portuaria y comercial- y la región de Los Lagos -por actividades forestal, agrícola y salmonera”, enfatiza el ejecutivo.

Con todas estas características la ciudad de los 15 minutos se proyecta cada vez más rápido y está más cerca de cumplir el objetivo principal de la sustentabilidad y calidad de vida.