La escasez de espacios y los altos costos de terrenos han forzado a las empresas inmobiliarias a maximizar las superficies de sus proyectos, con el fin de obtener un mayor rendimiento sobre la inversión y poder ofrecer un producto más adecuado a la estructura urbana de la ciudad.

Ante este escenario, los inmuebles de uso mixto han presentado un importante auge ya que se convierten en la mejor opción para responder a estos retos.

Así lo confirmó Danny Quirós, Market Research Director de Newmark Central America, quien señaló que “hoy en día, se puede argumentar que los desarrollos de uso mixto han mostrado mayor estabilidad de inquilinos y menores índices de desocupación, antes y después de la crisis sanitaria, gracias al complemento de usos que ofrecen”.

Reducir los desplazamientos de los usuarios, aumentar la concentración de personas, aprovechar los recursos urbanos y el impedir el desarrollo desordenado de los productos inmobiliarios son algunos de los beneficios en este tipo de construcciones.

Según explican desde Newmark, este tipo de obras suelen estar ubicadas en lugares que han presentado un crecimiento inmobiliario considerable, lo cual trae consigo una escasez de terrenos.

Quirós mencionó que “el tamaño va a depender de las restricciones que tenga la propiedad en cuanto al uso de suelo y la capacidad de inversión del desarrollador. En cuanto al mix de inquilinos, no existe un modelo superior a otro, simplemente se desarrolla conforme a la demanda existente y se proyecta conforme al desempeño de los diferentes mercados en su entorno”.

De acuerdo a las cifras de Newmark, en el caso de Costa Rica, el precio promedio de renta del metro cuadrado (m2) en uso mixto es de US$18 para oficinas, US$25 para retail o comercio y US$8 para industrial. Además, aquel país registra más de 100.000 m2 en proyectos inmobiliarios de este estilo y en los últimos cuatro años ha registrado la entrada de más de 437.000 m2 en estos proyectos.

Otro ejemplo del éxito de los proyectos de uso mixto es Panamá, que en los últimos cuatro años registró la entrada de más de 300.000 m2 en este tipo de obras, donde el 58% de esa área pertenece a oficinas, el 38% a comercio y el 4% a hoteles.