Carla Hevia, diseñadora de ambientes y objetos.

Sin saber que el Covid-19 llegaría a Chile para cambiar completamente nuestras vidas, Carla Hevia migró desde Santiago hasta Puerto Varas con su familia, antecediendo a otros capitalinos que llegarían meses después a vivir a esta hermosa ciudad lacustre.

Como diseñadora de ambientes y objetos, analizó cómo la pandemia influyó fuertemente en las personas, que empezaron a buscar espacios más abiertos para sobrellevar los confinamientos y quienes no podían hacerlo, recurrieron a renovaciones y propuestas para embellecer y ampliar sus hogares, “para hacerlos más vivibles, demostrando el impacto que tiene la decoración en nuestra salud mental y emocional”, señala.

Con esta evidencia, empezó a desarrollar, probar y aplicar diversas técnicas para ayudar a ampliar los espacios interiores, especialmente en su trabajo como decoradora de Inmobiliaria Altas Cumbres, un reconocido desarrollador del sur de nuestro país, para el cual implementó recientemente el piloto de los departamentos Alta Vista en Puerto Montt, orientado a inversionistas o profesionales jóvenes que aún no forman familia, por lo que parten desde los 54 m2 de superficie.

En este piloto, la decoradora aplicó efectivas soluciones en términos luminosidad, pintura y distribución, así como en el tamaño y la altura de los muebles, que se pueden usar en cualquier hogar para ganar sensación de amplitud. “En primer lugar, uso tonos claros porque potencian la iluminación interior. También es muy importante la proporción de los muebles o elementos decorativos, para facilitar la circulación en cada espacio y la armonía visual. Usar muebles más pequeños, en vez de objetos más ostentosos, permite además que haya mayor liviandad visual”.

Incluso asegura que muchos clientes hoy le encargan el diseño de sus muebles, para ajustarlos a los espacios que tienen y así, optimizarlos. “Cada día, más personas buscan ayuda, rompiendo el estigma de que la decoración es un servicio caro”, señala.

¿Y los espejos? Carla Hevia confirma que son elementos de gran ayuda. “Es mejor usarlos en el living o comedor, pero siempre que reflejen algo importante como, por ejemplo, un ventanal, pues además de ampliar la ilusión de espacio, otorgan más luz al espacio”. Específicamente en el living, recomienda utilizar muebles en maderas claras y vidrio, y preocuparse que las proporciones del sofá no sean exageradas y que el estampado de las telas no tenga demasiada información.

Además, entrega algunas medidas estándar que se deben considerar: que entre el sofá y la mesa de centro existan unos 50 cm de distancia para que poder circular. O que, si se cuelga un cuadro, que el centro de éste se encuentre a 1.60 m del suelo, para que quede a la altura de los ojos. “También es útil tener muebles donde se puedan guardar cosas, para así no tener un exceso de objetos a la vista. En el comedor se debe que cuidar que la altura de las sillas se acomode a la mesa y que las lámparas estén centradas con la mesa”.

En los dormitorios aconseja usar colores neutros y, si se quiere algo de color, agregarlo en los accesorios de la decoración, como los cojines. “En el caso de las cocinas y baños, que cada vez son más reducidos, igualmente es aconsejable ocupar muebles modulares para guardar objetos y colaborar a la armonía visual”, finaliza.