A juicio del profesional es necesario un mayor conocimiento de parte de los profesionales involucrados en el diseño y construcción respecto de cómo proyectar y ejecutar adecuadamente una ventana o una puerta. En este sentido, enfatiza que "más allá de hacer una abertura en un muro y ajustarse a un determinado presupuesto y plazos de entrega, se debe tener en cuenta muchas otras variables". Agrega que las escuelas de arquitectura deben profundizar los contenidos relacionados con este tema. Volviendo a los orígenes Alfredo Iturriaga explica que si bien en sus orígenes la humanidad tendió a propiciar construcciones que favorecieran el paso de luz natural y aire a los recintos, con el paso del tiempo el desarrollo y la industrialización fueron quitando fuerza a ese concepto, cediendo el paso al uso creciente de elementos como iluminación artificial y soluciones de climatización. Agrega que hoy, sin embargo, existe una tendencia a nivel mundial en cuanto a "volver a los orígenes", lo que se refleja, por ejemplo, en el concepto de viviendas bioclimáticas. "Es necesario volver a dar a los recursos de la naturaleza el espacio que se merecen dentro de la arquitectura y construcción, ya que ello se traduce en hacer las cosas bien", sostiene. El arquitecto precisa que "actualmente existe en el mercado nacional una completa gama de productos, tecnologías y soluciones para armar e instalar una puerta o ventana, muchos de ellos de gran calidad y nivel tecnológico, pero que ello no basta, ya que lo clave en este caso reside en hacer una buena proyección e instalación de las mismas, adaptando la solución a la realidad de cada proyecto. Tanto el planeta como las edificaciones y las personas tienen una composición y comportamiento que se debe conocer, ya que ello permite tomar buenas decisiones al momento del diseño". Es así como, por ejemplo, a la hora de proyectar una ventana es necesario considerar variables como la inercia térmica, coeficiente U, factor solar, luz, viento y puentes térmicos; además de evaluar el tipo de marco a utilizar (aluminio, aluminio aislado, madera, madera enchapada, PVC, PVC aislado, compuestos híbridos, fibra de vidrio) y su comportamiento térmico; la clase de cristal y la quincallería y herrajes a incorporar, entre otras cosas. En otras palabras, es fundamental entender la tecnología presente en cada elemento y las necesidades a satisfacer en términos de cuánto iluminar y cuánta energía se puede lograr a través del vano, y en función de ello hacer en el muro una abertura de determinadas dimensiones y orientación, para que la ventana o puerta sean verdaderamente eficientes. Tendencias Las empresas constructoras e inmobiliarias están conscientes de la importancia que revisten las puertas y ventanas, también desde el punto de vista de la estética. Estos elementos generan un gran impacto visual en la decisión de compra de una vivienda, por lo que ocupan un papel relevante. En este contexto, las ventanas de madera son altamente valoradas en el sector habitacional por la nobleza y calidez de este material y por su buen comportamiento térmico. En el área corporativa y de oficinas predomina, en tanto, el concepto de modernidad, de la mano de un alto uso de cristal y metales como el aluminio, siendo ejemplo de ello los grandes edificios que han privilegiado el muro cortina, que muchas veces aparece sólo como un recurso estético, no incorporando necesariamente las estrategias para hacer frente a las condiciones ambientales a las que se encuentra afecto el edificio. "Pocas veces se considera un buen tratamiento de protección solar, bien ejecutada, con la inclinación y las proporciones adecuadas, instaladas por fuera de la envolvente, tendiente a evitar que los rayos entren a los recintos generando el indeseado efecto invernadero", comenta Alfredo Iturriaga. Agrega que otra estrategia poco aplicada es la de termo circulación, que también ayudaría al muro cortina a tener buenas prestaciones, ayudando a disminuir los gastos de operación del edificio. "Para que este tipo de estrategias funcionen, deben contemplar la orientación, para que entreguen un verdadero beneficio a lo largo de la vida útil del edificio y, por ende, den un real confort a los usuarios", declara. Otro material que se demanda en función de su versatilidad es el PVC. En cuanto a cristales, hay una tendencia al uso de termopaneles, en pos de una buena aislación térmica y acústica. Ahora bien, el arquitecto de la UNIACC, afirma que en algunas zonas geográficas, las características climáticas, como por ejemplo el clima templado o mediterráneo, no hacen del termopanel la mejor estrategia, ya que aunque tiene buenas prestaciones en invierno, durante el verano puede ocasionar problemas por la generación de calor que provoca la incidencia solar, siendo una opción más adecuada un doble vidriado no hermético. Siempre en materia de cristales, también existe una clara tendencia a demandar los cristales laminados para potenciar la seguridad. La tendencia imperante en materia de puertas, por su parte, depende mucho del proyecto en cuestión. Así, por ejemplo, en empresas corporativas y grandes oficinas son muy demandadas las denominadas puertas Protex, mientras que en las viviendas predomina la puerta de madera, que tiende a ser más maciza y pesada en los estratos más altos. Temas pendientes Si bien Alfredo Iturriaga reconoce los avances que ha traído consigo la segunda etapa de reglamentación térmica de la vivienda, al velar por mejores niveles de aislación y, por ende, un mayor confort de las personas, al mismo tiempo indica que la norma no contempla los marcos que, claramente, tienen un comportamiento térmico. Por otra parte, señala "que existe un problema de nexo entre la entidad que crea la normativa y el agente fiscalizador (Dirección de Obra de las diferentes municipalidades), ya que si bien se hace un esfuerzo por que los documentos expliquen de la mejor manera la aplicación, el personal fiscalizador no recibe siempre la capacitación adecuada para exigir el cumplimiento". Agrega que también se debe educar más a la gente respecto de la importancia de la sustentabilidad, haciéndole ver, además, que un proyecto sustentable no es necesariamente más caro, ya que una vivienda con un aislamiento térmico adecuado permite reducir hasta en un 20% -o incluso más- el consumo de energía para calefaccionar un recinto. |