Como aseguran los expertos en el mundo de la construcción, la impermeabilización tiene directa relación con la calidad constructiva de una obra. Por eso existen productos especializados que se aplican generalmente sobre los materiales, para mantenerlos dentro de un estado óptimo, asegurándoles vida útil por más tiempo, y evitando el deterioro progresivo a causa de la humedad, con el objetivo de entregar el máximo nivel de confort a los usuarios de viviendas u oficinas. El principal desafío de los impermeabilizantes, de acuerdo a la opinión de Paulina Pradenas Fierro, Académica de la Escuela de Construcción DuocUC y Jefa del Area de Hormigón del Laboratorio de la Dirección de Extensión en Construcción, DeconUC, es evitar la humedad ambiental permanente y sus consecuencias sobre las superficies de las estructuras, las cuales normalmente se manifiestan a través de hongos, manchas y malos olores, provocando malestar en los usuarios, además de mantener la durabilidad para la cual fue diseñada la estructura. Desarrollo e innovación A diferencia de los avances actuales, se sabe que los impermeabilizantes comenzaron a utilizarse cerca del año 1910 de forma muy rudimentaria, especialmente en cubiertas y techumbres. Como comenta la profesional de DuocUC, se fabricaban en base a adobe y petróleo, y se aplicaban en grandes espesores. Hoy, en cambio, las membranas no tienen más allá de 3 a 5 ml de grosor, lo que grafica el gran avance alcanzado por este tipo de productos. Hace unos años, el boom fue protagonizado por los impermeabilizantes en base a geomembranas (plásticos sintéticos) en edificación e ingeniería ambiental, a los que en el último tiempo se han sumado distintos tipos de poliuretano (espumas flexibles y grout). A juicio de Paulina Pradenas, su uso se ha masificado significativamente porque se trata de membranas y sellos flexibles, que son muy eficientes en evitar que el agua penetre las estructuras, actuando como una barrera. "Este material se utiliza mucho porque es muy elástico, de buena adherencia, tiene una alta capacidad a la deformación y una gran resistencia a la tracción, por lo tanto, soporta muy bien los cambios de temperatura del medioambiente", señala. Actualmente existen dos grandes áreas de impermeabilización. Una es la impermeabilización en masa, que es la que se agrega a los hormigones y que se denomina comúnmente como aditivos hidrófugos, que disminuyen el riesgo de permeabilidad del material, para que la vivienda tenga la menor humedad posible en su estructura. Paralelamente, también están los impermeabilizantes de contacto, que se aplican cuando la obra gruesa ya está lista. De ese tipo hay disponible una gran variedad y se han desarrollado rápidamente. En muchas obras se complementan los dos tipos de impermeabilizantes, es decir, se agregan en el hormigón y después sobre su superficie. Avances en Chile Académicamente, la impermeabilización es una de las temáticas que se enseña a los alumnos en el área de la construcción, según indica Felipe Del Campo, Director de las Carreras de Construcción de DuocUC, sede Puente Alto. "La impermeabilización es uno de los temas presentes en nuestra malla curricular, porque está tomando mucha relevancia. Asimismo, además de incorporarla dentro de nuestro programa de estudio, también es considerada en nuestras actividades de extensión, como una forma de complementarlo con las asignaturas y entregar a nuestros alumnos una formación integral", explica. Respecto al desarrollo normativo en el área de impermeabilización, éste es aún incipiente. Como indica la académica de DuocUC, la norma más conocida, pero básica, es la norma de acondicionamiento ambiental NCh 852 "Determinación de la permeabilidad al vapor de agua", por lo tanto, el estándar está dado en el mercado por la norma ASTM, certificación internacional en la que se basan los fabricantes más importantes a nivel mundial; muchos de ellos presentes con su oferta en Chile. Debido a la presencia en el país de grandes proveedores, existe un alto nivel de tecnología disponible a través de los productos de impermeabilización recientemente desarrollados. "Así, cada vez los materiales son más fáciles de aplicar, ofrecen mayor compatibilidad con el medioambiente y gozan de mayor cantidad de polímeros sintéticos y emulsiones elastoméricas en su composición. Eso les permite ser mucho más eficaces en la acción de contrarrestar los agentes biológicos y atmosféricos -cada día más agresivos- como las lluvias ácidas, la radiación solar, microorganismos y bacterias", asegura Paulina Pradenas. |