En efecto, tal como señala el profesional, "la arquitectura establece un vínculo entre la ciudad y la naturaleza, entre lo medido y lo incalculable. Funda un interior que permite vivir con libertad inmersos en la brutalidad del lugar donde antes no había nada construido. Y hace patente su virginidad
.".
En armonía con el entorno
Entre potreros y huertos de Puerto Natales, el Hotel Remota es una obra en armonía con su entorno, que alude a las tradiciones e historia locales.
Emerge del suelo con tres pabellones que forman una U abierta hacia el seno de Ultima Esperanza. De estos volúmenes, dos (de dos pisos de altura) corresponden a habitaciones y un tercer volumen principal, en forma de V, a los estares, comedor y áreas tales como cocina, administración y habitaciones del personal.

Estos volúmenes delimitan un espacio central, que da origen a una plaza que, emulando la majestuosa vastedad del paisaje en La Patagonia, conserva la vegetación del lugar y posee algunas rocas erráticas como las que abundan en esta zona de pasado glacial.
Los volúmenes que conforman el hotel tienen fachadas similares, consistentes en franjas verticales de madera oscura chuecas entre sí, que evocan la geometría de los cercos patagónicos curvados por el viento. Entre ellos se han dispuesto ventanas que, como señala Germán del Sol, "son tajos dibujados con trazo grueso que se repiten con monotonía para unir los tres cuerpos alrededor de la plaza vacía, a la manera de los galpones de trabajo propios de una estancia en La Patagonia".
Interior que deslumbra
Una vez dentro del recinto, llaman la atención sus pasillos interiores que aluden a aquellos de los galpones de esquila magallánicos. Al igual que el hotel, sus cercos y barandas están construidos intencionalmente curvados.
La luz cálida y amarillenta existente dentro del edificio y que se cuela por los cortes verticales de las ventanas es, como señala Germán del Sol, un motivo de alegría para el viajero que ve en ellas la promesa de un tibio interior para descansar, lo que se potencia con grandes fogones circulares dispuestos en algunas salas de estar.
El pabellón de recibos consiste en un recorrido ascendente que conecta por medio de una rampa varias salas de estar escalonadas, circulación que termina en el comedor y que se repite en un segundo nivel con otra rampa comunicada con la anterior a través de escaleras intermedias.
Los cielos del edificio están hechos con un enrejado de madera y cubren gran parte del hotel, tamizando en algunas áreas la luz proveniente de las lucarnas en el techo.
En un cuerpo algo apartado del hotel se encuentra el denominado SPOT (Sala para el Ocio Total), que posee una piscina revestida en piedra pizarra, al igual que los pisos del hotel; saunas y jacuzzis al aire libre.
Como concluye Germán del Sol, esta obra ubicada en un lugar "inalterado y remoto", abre un espacio para contemplar la inmensidad de un paisaje que invita al relajo y contemplación.