Alvaro Frutos, Gerente General de Isolux Corsán Chile “Santiago es una ciudad con mucho desequilibrio en sus edificaciones”

El Grupo Isolux Corsán posee una reconocida trayectoria en los rubros de energía, construcción, concesión y mantenimiento de grandes infraestructuras. Actualmente, desarrolla su actividad en más de 40 países, incluido Chile, donde está construyendo el nuevo Estadio Municipal de Calama, el tramo 3 de la línea 3 del metro y un edificio docente y centros de administración para la Universidad de Santiago de Chile (USACH), entre otros proyectos, como el Puente Bicentenario sobre el río Bío Bío y el Puente sobre el Maule.

Desde un punto de vista arquitectónico, ¿cuál es su visión de Santiago? Al ser la capital de Chile, Santiago concentra gran parte de la población, por lo tanto, requiere de un proyecto urbanístico importante para conservar edificaciones antiguas, a la vez que se implementen nuevos proyectos habitacionales o comerciales que respeten este entorno. Hay inmuebles históricos que deben ser remodelados y mantenidos al estilo de lo que se hace en Barcelona, París, Londres o Lisboa. Sin duda que la recuperación de edificios históricos a nivel nacional puede representar una oportunidad de negocio para el turismo. ¿Y respecto a edificaciones y viviendas nuevas? Santiago es una ciudad con mucho desequilibrio en su planeamiento urbano. No existe una ordenación en proyectos de construcción. Un ejemplo de ello es que una iniciativa pública no tiene la misma forma o estilo si se ejecuta en Las Condes, Providencia, Vitacura, Puente Alto o Maipú, por dar algunos ejemplos. La idea es que tanto para el segmento público como para el privado exista una uniformidad en la ejecución de proyectos, ya que de lo contrario estaremos dando paso a una ciudad desigual desde el punto de vista social e inmobiliario. Este es un tema que estuvo dentro del debate político en las últimas elecciones, ya que estamos hablando de viviendas de calidad para las personas. Es necesaria una gran dosis de planificación urbana. ¿Enfrentamos desafíos en infraestructura pública? Por supuesto. El primero se relaciona con la mejora de aeropuertos en Santiago y regiones, ya que cada día se incrementa el número de personas que toma un avión por temas personales o trabajo. Es cierto que hay ampliaciones y proyectos en carpeta, pero todavía se requiere avanzar para tener una infraestructura de primer nivel. El otro desafío pasa por tener una línea de ferrocarril que permita conectar el país de norte a sur de forma eficiente y oportuna. Este aspecto ha sido olvidado por las autoridades, pese a sus beneficios para el transporte de personas y cargas. Es fundamental tener un tren como columna vertebral, sobre todo por lo largo de la geografía chilena. Finalmente, el desarrollo de la infraestructura portuaria es otro desafío importante para Chile, sobre todo por la naturaleza de su economía; debemos tener instalaciones para recibir más barcos, así como también embarcaciones de mayor tamaño. ¿Existen otros desafíos? Sin duda que el desarrollo del modelo energético chileno es uno de los temas más importantes que estamos enfrentando en la actualidad. Hoy todos sabemos que el país demanda más energía y más barata. En este aspecto, debemos integrar fuentes tradicionales y ERNC, sobre todo porque Chile -si se lo propone- puede ser líder en esta última materia. Lo importante en este tema es tener una visión a largo plazo a fin de definir una estrategia de energía sólida y que incluya la visión de la población. Recordemos que si no tenemos energía, será difícil alcanzar un desarrollo económico y social.