CASA DEL VALLE DE ACONCAGUA Arquitectura que apuesta al reciclaje | | | FICHA TÉCNICA Arquitectos: Manuel Dörr, Pablo Schmidt Año del proyecto: 2013 Superficie: 660 m2 Constructor: Leonardo Carámetro Uso de maderas recicladas Destaca la pureza de líneas y horizontalidad de las casas patrimoniales, junto con ritmos generados en la repetición de volúmenes y pilares. Está construida casi en su totalidad de maderas recicladas, excepto el forro interior, que es tabla de pino de primer corte. En este reciclaje en la arquitectura no se reutilizó material de un edificio en desuso o una ruina, sino que se usaron más de 10 tipos de maderas nativas distintas, reutilizadas de una lechería que se cayó en el terremoto de 2010; de los túneles del tren que unía Los Andes con Mendoza, en el caso de los pilares; y de una bodega de Valparaíso y un galpón en Valdivia. Los tabiques de toda la vivienda, por su parte, son acústicos. Distribución del espacio y construcción En este proyecto se distribuye el espacio a la manera que tiene la arquitectura tradicional del valle central, donde uno se aproxima a la vivienda a través de una sucesión de patios y espacios contenidos, y no se accede desde el parque o espacio abierto directamente a la casa. Esta manera de distribución es única y muy propia de la arquitectura propiamente chilena, que adaptó las costumbres españolas, e indígenas a este territorio para pulirse durante 400 años, dando como resultado una arquitectura con grandes beneficios sustentables, térmicos, espaciales y constructivos. Específicamente, en lo constructivo hemos tenido en el Valle Central, entre los años 1552 y 1960, 30 terremotos sobre 7 en la escala de Richter, lo que generó que los métodos constructivos aplicados por albañiles, alarifes y luego arquitectos, se adaptaran a la condición sísmica de Chile, desarrollando procesos constructivos antisísmicos altamente eficaces, y adaptando no solo la construcción sino también la arquitectura a la geografía, generando un nexo en lo que serían las necesidades y los ritos, explica Manuel Dörr. Por ello, los corredores que rodean las casas de campo, espacio infaltable en la vida campesina y característico e identitario, no son solamente producto de la usanza de compartir a la sombra del alero, sino que es un complemento estructural fundamental para las casas de pesados muros de adobe, estructura a modo de contrafuerte, arriostrando los muros desde el exterior, mientras la sólida estructura de madera de la techumbre los afirma desde el interior. En este sentido, Manuel Dörr asevera que es muy importante desestigmatizar la arquitectura tradicional chilena de peligrosa o culpable por los daños del terremoto, ya que en la totalidad de las casas de adobe que se cayeron, en la zona que recorrí después del terremoto de 2010, entre Requinoa y Villa Prat (VI y VII Regiones), los culpables fueron malas intervenciones y graves problemas de mantención básica, considerando que estas casas en promedio habían sido construidas en 1910, y ya habían resistido 7 terremotos sobre 7 Richter.  |  |  | En este proyecto se distribuye el espacio a la manera que tiene la arquitectura tradicional del valle central, donde uno se aproxima a la vivienda a través de una sucesión de patios y espacios contenidos. | Esta casa está construida casi en su totalidad de maderas recicladas. | El forro interior es de tabla de pino de primer corte. | | |