Situado en Isla de Pascua, en medio del Océano Pacífico, este hotel se emplaza en un terreno de 10,3 hectáreas, con vista al mar y rodeado de moais, en el lugar más remoto y aislado de la tierra.
Como señala el arquitecto José Cruz Ovalle, la obra se inició con el necesario trabajo de dar un orden a los suelos. "Hundirse o levantarse levemente del terreno para subir o bajar el horizonte y hacer vibrar esa relación entre la tierra y el cielo; el mar y la tierra; el cielo y el mar...abriéndole al lugar una nueva relación entre la proximidad y la lejanía. Un orden que se materializa mediante muros que se hincan o se alzan brevemente del terreno, construidos con las piedras del lugar".
El profesional agrega que "el trazado de estos muros propone recibir el espacio de la isla desde su circularidad sin revés ni derecho, sin delante ni detrás, mediante el giro de una especialidad desplegada y en redondo, que abra a nuestro detenerse múltiples direcciones y a nuestro deambular diversos recorridos".

Estos muros se ensanchan hasta adquirir el espesor que los hace habitables. Las cubiertas de madera dilatan dicho espesor a través de la expansión de sus sombras: en este clima subtropical el proyecto propone la graduación completa del espacio entre el interior cerrado y el exterior abierto. "La arquitectura del hotel podría entenderse como la reverberación de un extenso umbral que se prolonga en el arco de esos múltiples matices: espacios cerrados, semicerrados, cubiertos, semi cubiertos, parapetados, abiertos..... Cada uno de los cuales, a su vez, puede estar hundido, semi hundido, a nivel, sobre nivel, elevado... haciendo que desde este lugar aparezca lo propio de la isla", afirma Cruz Ovalle.
En la arquitectura de la obra destacan diferentes cuerpos, levemente despegados, en una proximidad que los mantiene a punto de tocarse.
Un proyecto sustentable
La construcción del Hotel Explora de Isla de Pascua se caracterizó por minimizar la intervención del entorno, manteniendo intacta la vegetación y fauna del lugar, y por cuidar el medioambiente y recursos energéticos, lo que le valió ser el primer hotel en América del Sur en obtener la Certificación LEED por parte del Consejo de Construcción Verde de Estados Unidos, USGBC.