¿Cómo evalúa la calidad de los puentes en nuestro país?
Creo que la calidad actualmente está supeditada y limitada, en el caso de las obras públicas y sus puentes, al presupuesto fiscal disponible o asignado. En el marco de esta limitación, su calidad es buena y concordante. En cuanto a estándares, los puentes en Chile se proyectan de acuerdo a las normas norteamericanas AASHTO, siendo el Departamento de Puentes de la Dirección de Vialidad, el encargado de llevar a cabo la revisión y aprobación de proyectos, así como la inspección fiscal de su posterior ejecución. La excelencia de la inspección fiscal es decisiva en la calidad que se desea obtener.

¿Cuál es su opinión respecto de este control?
Clave en la inversión pública es que la inspección fiscal, tanto en el área de proyecto como en la de ejecución, sea igual o de superior calidad que la contraparte. En la actualidad, comparado con épocas anteriores, debido a la excesiva tendencia a pri-vilegiar lo administrativo, el MOP ha ido acusando una paulatina pérdida de su tradicional acervo en la Ingeniería Civil, lo cual es lógica consecuencia, principalmente, de la exagerada externalización de funciones. Si bien el outsourcing no es malo en sí, una institución responsabilizada en resguardar el interés fiscal, normar, reglamentar y controlar; no puede ni de-be prescindir, peligrosamente, de su óptima y propia calidad técnica, acumulada durante su vida institucional, que en este caso es bastante prolongada.

Así, en mi opinión lo que actualmente se ve, es que el sector público adolece, en demasiadas ocasiones, de limitaciones, en su rol de contraparte técnica válida, esto durante la gestación completa de proyectos de construcción o infraestructura.

Por otra parte, en la fase de ejecución de los proyectos, la inspección también debe ser muy especializada y acuciosa, de igual o superior calidad que la del controlado.

Más allá del control, ¿cuál es su evaluación general de los puentes ya construidos?
Apoyándome en mi prolongada actividad profesional en el extranjero, considero que el nivel de la calidad de la ingeniería chilena ha sido adecuado a las necesidades nacionales y la única diferencia con países más desarrollados, es el tema de asignación de recursos. Como mencioné, en nuestro país, los proyectos se eje-cutan de acuerdo a las normas norteamericanas y al Manual de Carreteras de la Dirección de Vialidad, una verdadera "Biblia" del diseño vial incluido los puentes, que incluso ha sido tomada como modelo por otras naciones de la Región. El Departamento de Puentes, es responsable por ley, de la revisión y aprobación de todos los proyectos de estructuras viales nacionales y las obras conce-sionadas. Los mejores jueces para juzgar la calidad obtenida través de este control, son los propios ciudadanos usuarios y me atrevo a afirmar que sin duda existe una opinión favorable.

¿Qué desafíos existen en cuanto a los materiales utilizados?
Actualmente y en el pasado, para la construcción de puentes en nuestro país, ha predominado el hormigón, ya sea armado, pretensado y pos-tensado, o vigas de acero con losa colaborante.

En cuanto a la utilización de madera, y a diferencia de lo que ocurre en Esta-dos Unidos, Canadá y otras naciones europeas nórdicas; en Chile debido a la naturaleza de nuestros bosques, principalmente de pino radiata, que no es una madera estructural sin un adecuado tratamiento, no se ha utilizado masivamente, salvo muy esporádicos intentos; sin embargo, en la actualidad es posible salvar esta situación, aplicando nuevos tratamientos tecnológicos a la madera y nuevos diseños de construcción, basados en la prolongada y probada experiencia de países más adelantados.

El MOP, consciente de este desarrollo, ha generado condiciones para facilitar la aplicación de este material en varios proyectos de puentes ejecutados y en ejecución, lo que acrecentará la experiencia. En cuanto al acero estructural, éste hasta ahora, no ha sido muy competitivo, por una simple razón de precios en las ofertas de los licitantes.

¿Cómo es la actual conservación y mantención de puentes?
Nuestra cultura tecnológica nacional, no cree aún en las ventajas de la mantención periódica de obras civiles y consecuentemente se carece de una política institucionalizada de conservación y mantenimiento. Este hecho debería revertirse, ya que toda obra civil, al igual que un equipo me-cánico, se deteriora con el paso del tiempo y requiere de cuidados sistemáticos, posteriores a su construcción.

En Chile hay cerca de 10 mil puentes construidos, de los cuales alrededor de 6.000 son de hormigón y unos 4.000 de madera. En este último caso, se abre un importante nicho, ya que estos puentes de madera fueron hechos con criterios y técnicas, obviamente no actualizadas. Con certeza en algún momento deberán ser reemplazados.