La seguridad laboral es una disciplina que abarca diversos campos de acción y que apunta a fomentar y mantener el bienestar físico, mental y social de los trabajadores. Ello implica que tanto estos últimos como las empresas tengan una conducta donde la prevención juegue un rol clave.

Las malas condiciones laborales influyen en la salud y seguridad de los trabajadores, tema altamente sensible, considerando que la mayoría de éstos pasa al menos ocho horas del día en su lugar de empleo.

Los costos de los accidentes laborales

Además de los costos directos o indirectos que la falta o deficiencia de la seguridad laboral puede ocasionar en el trabajador (dolor, enfermedades, pérdida de ingresos, gastos de atención médica, entre otros), los accidentes laborales también generan enormes efectos sobre los empleadores.

Entre los costos directos figuran el tener que pagar un trabajo no realizado, tratamientos médicos e indemnización, reparación de máquinas o equipos dañados, y disminución o interrupción temporal de la producción, entre otros.

Por otro lado, entre los costos indirectos se cuentan el tener que sustituir al trabajador lesionado o enfermo, entrenar al reemplazante y sufrir algún tipo de deterioro en la imagen de la empresa o en el clima laboral interno, por mencionar algunos.

Construcción: Un sector de alto riesgo

Los accidentes laborales graves son más frecuentes en actividades expuestas a mayores riesgos y, en ese sentido, la construcción es un área compleja, dado el tipo de actividades que involucra, como trabajo en altura, faenas subterráneas y manejo de maquinaria de gran exigencia para el operario.

Concretamente, las causas más frecuentes de accidentes laborales en este rubro son: derrumbes por excavación, electrocución y aplastamientos.

En este contexto, cobran relevancia variables tales como la existencia de programas de autocuidado y prevención de riesgos, el uso de ropa, cascos, protectores y otros accesorios especiales, así como el resguardar al trabajador a través de los servicios que ofrecen la Asociación Chilena de Seguridad, mutuales y otras entidades de asistencia. Lo anterior, sumado al aporte del Estado, a través de una adecuada fiscalización.