 | | Gerardo Payee, DuocUC | |  | | Héctor Sepúlveda, Fleischmann | |  | | Carlos Jackson, Alemparte, Barreda y Asociados | |  | | Rodrigo Cuevas, Rodroc Ingeniería | |  | | Santiago Fernández, Inacap | |  | | Rose Marie Planzer, Ministerio Economía | |  | | Luis Corvalán, LCV Arquitectura y U. Mayor | |  | | René Pizarro, Alemparte, Barreda y Asociados | |  | | Sebastián Buzeta, Inmobiliaria Hispano Chilena | | | En estricto rigor, según Gerardo Payee, Académico Escuela Construccion DuocUC, un edificio inteligente es aquel que es capaz de ser auto sustentable en el tiempo, sin recurrir a una tecnología forzada para lograrlo. Para Héctor Sepúlveda, Gerente del Area Ingeniería de Fleischmann, en cambio, la inteligencia tiene que ver con el confort del usuario, eficiencia energética, seguridad, prevención de riesgos y ojalá auto sustentabilidad, "siguiendo la idea de equilibrar confort y eficiencia en la operación". Hoy en día, como señala Carlos Jackson, Arquitecto de Alemparte Barreda y Asociados, lo primero que se plantea cuando parte un proyecto es que sea eficiente. "Y eficiente en cuanto a diseño y uso de tecnología y de recursos naturales. A este conjunto de variables hay que incorporar al mercado, que regula este tipo de condiciones y que nos enfrenta a dirigir el proyecto de manera de que económicamente sea viable también". Para Rodrigo Cuevas, Gerente General de Rodroc Ingeniería, claramente existen grados de inteligencia. Seis, concretamente, complementarios a las tecnologías actuales, donde el punto de partida es la arquitectura. "Y hoy, los edificios corporativos, tienen sólo algunos grados de inteligencia". En opinión de Santiago Fernández, Director de la Carrera de Construcción de Inacap Región Metropolitana, la inteligencia surgió primero por la necesidad de ahorrar energía, pero luego se ha ido mezclando con el tema arquitectónico, tecnológico y ambiental. Al respecto, Rose Marie Planzer, profesional que forma parte del Programa País de Eficiencia Energética del Ministerio de Economía, indica que en las obras del MOP se está tratando de incluir el concepto del ciclo de vida de las edificaciones, es decir, inteligencia en el diseño, en la construcción, en la operación y al final de su vida útil, donde lo importante, señala, "es el confort y la eficiencia energética. Eso no significa que la gente apague la luz, sino que haga lo mismo utilizando menos energía". ¿Automatización o inteligencia? Desde hace algunos años, el concepto "edificio inteligente" ha experimentado una evolución importante. A juicio de Luis Corvalán, Arquitecto de LCV Arquitectura y Académico de la Universidad Mayor, en sus inicios fue un eslogan muy elemental y en opinión de René Pizarro, Arquitecto de Alemparte Barreda y Asociados, un tema publicitario más que un efecto real. En la actualidad, la inteligencia de un edificio está definida más que por elementos como ascensores automáticos y sistemas de control de acce-so, por el manejo eficiente de la energía en general mediante tecnología incorporada a la arquitectura, lo que según Carlos Jackson se ha convertido en una tendencia creciente. Sin embargo, como indica Héctor Se-púlveda, aunque la tecnología está avanzando rápidamente, hay ciertas barreras desde el punto de vista eléctrico para que los edificios inteligentes no se desarrollen con la rapidez que deberían. Como contraparte, el Programa País de Eficiencia Energética trabaja en conjunto con el Ministerio de Vivienda, la Cámara Chilena de la Construcción y la Corporación de Desarrollo Tecnológico, para generar un mercado de eficiencia energética, de materiales eficientes y para introducir criterios en la construcción que sean de ahorro de energía, tanto en materiales como en el uso y en todo el ciclo de vida de la construcción, en vivienda y edificios. Concretamente, como indica Rose Marie Planzer, "con CORFO lanzamos un programa de eficiencia energética, con el objetivo de ayudar a mejorar la construcción de proyectos de edificación eficientes desde el punto de vista del uso de la energía". La inteligencia de los edificios está ligada a los objetivos que persiga cada una de las edificaciones. Es así como algunos edificios corporativos orientan la inteligencia hacia un mayor confort de sus empleados para aumentar su productividad, o hacia la eficiencia energética, directamente. En cualquier caso, la inteligencia aplicada en las construcciones es aún incipiente, especialmente, como explica Santiago Fernández, si se compara con los avances en la robótica. Y es que según Luis Corvalán, si se compara el nivel tecnológico de los edificios con el nivel al que puede aspirar una creación humana, queda mucho por hacer. "La inteligencia aplicada a los edificios todavía es muy primitiva en relación a nuestros ingenios", indica. Edificio 100% inteligente El Edificio Bicentenario, ubicado en Antofagasta, se convertirá en el primer edificio habitacional 100% inteligente. Según su creador, Rodrigo Cuevas, éste se basa en la tecnología primitiva de la astronometría, simulaciones virtuales y representación en 3D para simulaciones de dinámica de fluidos, hidráulica y análisis sísmicos. El patrón base para la construcción de este edificio radica en la eficiencia energética y en relación a un edificio normal, se estima que permitirá ahorrar una hora y media de consumo energético. El Edificio Bicentenario se complementa con la tecnología actual que es la domótica, la inmótica y la aerodinámica. Está orientado según la trayectoria de sol y tomó la ergonomía necesaria para captar la mayor cantidad de luz solar, a diferencia de los clásicos edificios prismáticos. |