Este es un problema común que se presenta por igual en todo el mundo, cuando el recinto no tiene un tratamiento acústico específico, lo que ha dado origen a un modelo de tratamiento basado en el fenómeno conocido como "Cocktail Party Effect". Es una situación particular que trata con fuentes sonoras distribuidas (cada persona hablando), que deben ser inteligibles sólo dentro del grupo de una mesa, por lo que se aparta de los tratamientos típicos de la acústica de salas (fuentes sonoras confiadas escenario que deben escucharse en todo el recinto) y el control de ruidos (fuentes sonoras distribuidas que deben escucharse lo menos posible). Combatiendo el ruido indeseado El proceso que da origen a este problema es el de las reflexiones sonoras en el contorno del local. La conversación, que no es más que una de las formas que adopta el sonido, que viaja no sólo hacia el o los oyentes (campo sonoro directo), sino también en las demás direcciones, afectando a las otras mesas de forma directa o también a través de las reflexiones del sonido en el cielo y las paredes. Esta situación se puede entender como si se generaran fuentes sonoras virtuales, como si nuevos oradores estuvieran ubicados en las paredes y techos, y desde allí dirigieran sus palabras dando lugar al llamado campo sonoro reverberante. Estos "oradores virtuales" no representan ningún beneficio para los integrantes de la misma mesa, ya que todos ellos se encuentran en el campo sonoro directo de su orador real. Por el contrario, representan la mayor parte del sonido indeseado que reciben los integrantes de las demás mesas. Una mejora en el problema, pero con grave perjuicio económico, es disminuir la cantidad de grupos (o mesas) para atenuar la carga sonora total o, lo que es lo mismo, aumentar la separación entre ellas. Otra forma, es reducir la distancia entre los interlocutores (tamaño de las mesas), medida que tampoco sería económicamente adecuada. La solución racional es, aumentar la capacidad absorbente sonora de los contornos del local a fin de eliminar las reflexiones del sonido y de este modo los "oradores virtuales". En forma resumida, el tratamiento consiste en lograr que la capacidad absorbente del local en el rango de las frecuencias de la palabra, sea tal que el campo sonoro reverberante no supere en intensidad al directo de cada orador en cada mesa. Eso hará que la señal (la voz del orador de la mesa) sea por lo menos igual al ruido de fondo (las conversaciones de los demás). Esto se logra con una adecuada capacidad absorbente de los contornos, una distancia mínima entre mesas y máxima entre interlocutores que se deben fijar previamente. La propuesta de Sonoflex Como una regla básica, con la hipótesis que no se harán cambios ni en el tamaño ni en la cantidad de mesas, es recomendable revestir el cielorraso con FONAC Class 1 de 35 mm de espesor si su altura es menor de 3 m o con FONAC Class 1 de 50 mm de espesor si la altura es mayor de 3 m. Esto es una excelente solución de compromiso de aplicación sencilla. Este buen resultado se mantiene si se emplea Fonac Studio u otro diseño del mismo material incombustible. Para ilustrar los valores a obtener, sea por ejemplo un restaurante con un salón de 10 m x 25 m y 2,8 m de altura. Area de la planta, 250 m2 y área total (planta + cielo + paredes), 696 m2; si se tratara el 50% del cielo (125 m2) con placas Fonac Studio de 20 mm, de acuerdo con el gráfico, se podrían colocar hasta 16 mesas sabiendo que no se producirán efectos desagradables. A cada mesa se le adjudican 15,6 m2, o sea, un cuadro de 3,9 m x 3,9 m. Si se tratara con las mismas placas el 100% del cielo (250 m2), se podrán colocar con igual éxito, 24 mesas, adjudicándole a cada una, un área de 10 m2, aproximadamente un cuadro de 3 m x 3 m. En cada cuadro deberá caber la mesa con las sillas que le correspondan. De la misma manera se evalúa un restaurante de mayor altura, recordando que lo que resulte en cantidad de mesas, se logra empleando placas Fonac Studio de 30 mm (o el clásico Class 1 de espesor 50 mm). En cualquier caso, si la cantidad de mesas es menor, se mantienen los buenos resultados buscados. Cuando el tratamiento del cielorraso sea parcial, debe preocuparse que la distribución de las placas sea lo mas uniforme posible, evitando concentrarlas en un solo sector. En todo lo anterior no se tuvo en cuenta problemas puntuales de mesas ubicadas próximas a paredes, especialmente en esquinas (que actúan como "espejos" del sonido). En estos casos debe tratarse adicionalmente a esos sectores, no incluyendo a estas áreas en los cálculos descritos. Si bien lo dicho sirve como una guía de autoayuda, siempre se recomienda recurrir al especialista para que pueda brindar la solución, sin el costoso ensayo de "prueba y error". Sonoflex tiene la experiencia y materiales adecuados para cada caso. 
|