El desarrollo de la infraestructura vial en Chile es uno de los puntos altos en materia de avances a nivel país. Esto, especialmente a partir de la Ley de Concesiones, que permitió el ingreso de privados al negocio de la construcción de nuevos caminos urbanos y rurales, y que en opinión de Roberto Orellana, Gerente General del Instituto Chileno del Asfalto, aumentó notablemente el estándar de las vías nacionales.

Tal es el crecimiento alcanzado, que en comparación a países de la Región el nuestro está entre los más desarrollados. Según Mauricio Salgado, Jefe del Area Pavimentación del Instituto del Cemento y del Hormigón de Chile, frente al contexto latinoamericano sin duda estamos bien. "En términos de kilómetros de carretera respecto al tamaño del territorio y densidad demográfica es bueno, lo que permite una muy buena intercomunicación entre las ciudades principales y los focos de producción y distribución de productos", explica.

Pero respecto al contexto mundial, el ejecutivo del ICH indica que sí existe una brecha. "Si analizamos este tema con perspectiva de crecimiento, sí nos falta desarrollo de infraestructura, porque es necesario pensar no sólo en satisfacer las demandas actuales, sino también las que ya se proyectan que podrían darse. Somos un país que está creciendo rápidamente en cuanto a su parque automotor y eso hace que se requieran nuevas y más autopistas y vías concesionadas en el entorno de la ciudad", asegura.

A juicio de los especialistas, las personas se acostumbraron a un estándar mayor. Ya nadie quiere demorarse más de lo acostumbrado en sus tiempos de traslado. Junto con eso, la ciudad creció, incorporando a las comunas periféricas al casco urbano. Es así como comienzan a aparecer nuevos polos de desarrollo, que hacen necesario pensar en nuevas autopistas para los próximos 50 años. Esa es, a juicio de Mauricio Salgado, una tarea pendiente, nueva, que motiva a activar la ejecución de proyectos detenidos, como Vespucio Oriente, entre otros.

En materia interurbana también se hace necesario proyectar nuevos medios de conexión, que permitan descomprimir la Ruta 5; una red complementaria para el desarrollo de nuevos flujos.

Pavimentos de asfalto y hormigón

En Chile, la infraestructura vial, tanto urbana como interurbana, está construida en base a hormigón y asfalto como materiales principales. Tradicionalmente, el hormigón ha sido la materialidad más utilizada en pavimentación, sin embargo, con la entrada en vigencia del sistema de concesiones, el asfalto ganó terreno y hoy ambos elementos se ocupan en proporciones significativas.

En cuanto al asfalto, se utiliza preferentemente en caminos interurbanos, para construcción de rutas nuevas o recapadas, alcanzando -según Roberto Orellana- un 80% de participación en este tipo de vías. En lo que respecta a vías urbanas, Mauricio Salgado indica que el porcentaje de utilización del hormigón asciende a un 70%, que podría seguir aumentando.

En el desarrollo de infraestructura vial y la construcción de caminos, ambos expertos coinciden en que ha sido clave el contar con un buen nivel de maquinaria y equipos. A su juicio, los proveedores de este mercado son especialistas y cuentan con un know how que les permite construir nuevas rutas en tiempos récord, al igual como se hace en países desarrollados, y tanto en caminos de asfalto como de hormigón.

Las perspectivas de crecimiento para los próximos meses son optimistas, porque los proyectos y licitaciones han aumentado en todo el territorio, especialmente en el área interurbana.

Innovación y nuevas tecnologías

Además de desarrollo, las concesiones trajeron de la mano la incorporación de nuevas tecnologías a la construcción de autopistas y vías rurales. Y las mismas se han utilizado también para hacer más eficiente el mantenimiento de numerosos tramos. Particularmente, en materia de conservación existe un crecimiento notable, una tendencia que como señala Roberto Orellana, resulta muy positiva, porque permite preservar la inversión hecha en construcción de carreteras y caminos.

A pesar que en Chile somos muy conservadores en introducción de tecnologías en la construcción, a partir del 2011 el Ministerio de Obras Públicas está propiciando la utilización de nuevos sistemas. En el caso del hormigón, se están se están utilizando pavimentos de losa corta, que permite disminuir su espesor, haciéndolo más competitivo y económico, sin desmejorar su calidad. A estas innovaciones se suman los hormigones con fibra, que se han utilizado con éxitos en nuevas vías en el Sur de Chile.

Respecto al asfalto, el desarrollo tecnológico ha dado como resultado sistemas de asfalto espumado, utilizados en la zona Norte y Sur del país; asfaltos con elastómeros, que permiten mejores prestaciones para soportar los vehículos de alto tonelaje y mayor resistencia a las oscilaciones térmicas. Otras son las tecnologías de micro-pavimentos y micro aglomerados, capas delgadas de pavimento que permiten reducir notablemente el ruido y disminuir la cortina de agua que se forma cuando llueve.

Pavimentos sustentables… ¿una realidad?

La literatura internacional es enfática en recomendar la utilización de pavimentos sustentables en la construcción y mantenimiento de autopistas y vías interurbanas, y tanto el hormigón y el asfalto ofrecen características de sustentabilidad que los hacen recomendables.

Basándose en estudios de impacto mundial, Mauricio Salgado afirma que gracias a su materialidad, los vehículos que transitan por superficies de hormigón consumen menos combustible. Asimismo, destaca que en sectores urbanos el efecto "Isla calor" es mucho menor, ya que el hormigón -gracias a su color- refleja mucha menos temperatura desde el suelo hacia arriba; y por lo mismo mejora la eficiencia lumínica de los sistemas de iluminación instalados en las vías, porque al ser de color claro aumenta la reflectancia. A estas características de sustentabilidad, el profesional de ICH agrega el beneficio de no ser un material inflamable, y la posibilidad de implementar en el futuro tecnologías como la de aplicar óxido de titanio a las superficies de pavimento de hormigón, que permitiría capturar iones de nitrógeno del aire y contribuir a la descontaminación ambiental.

En cuanto al concepto de sustentabilidad, Roberto Orellana detalla distintas investigaciones que aseguran que las mezclas tibias utilizadas en la construcción de pavimentos de asfalto disminuyen el impacto medioambiental mediante un menor consumo energético y la reducción de emisiones y que un pavimento asfáltico, es absolutamente sustentable, ya que en su proceso de fabricación el asfalto produce una huella de carbono mínima en relación a otras materialidades. Además, permite su reutilización mediante el reciclado, lo que significa recuperar gran parte de las inversiones efectuadas; permite la reutilización de neumáticos fuera de uso, etc.