No me parece justo ni prudente que estas decisiones puedan depender de autoridades que no comprenden la importancia del medio ambiente y su conservación, que sólo se preocupen de cumplir metas para satisfacer intereses de algunos y que destruyen brutalmente el entorno de una ciudad. Esta cuenta con su geografía y hermosa topografía como una de sus más relevantes y gratuitas características, siendo un verdadero regalo y a los regalos se les cuida. Una lamentable realidad Todos comprendemos la importancia de resolver los accesos a la ciudad y el traslado de sus ciudadanos dentro de ella, pero eso no significa que debe hacerse a cualquier costo ni de cualquier manera. Basta mirar los basurales que se acumulan en los espacios residuales que rodean nuestras carreteras y nudos viales o mirar simplemente cómo los cerros de La Pirámide han desaparecido de la faz de la tierra. Basta también observar lo que ha ocurrido con el costado poniente del Parque Metropolitano, cubierto de masas de cemento, sobre las cuales no crecerá más ninguna especie vegetal ni anidarán las aves o se reproducirán los insectos. Se acabó, es el fin, como el paso de un incendio dejando muerte y desolación a medida que avanza. Buscando una solución Seamos responsables y como ciudadanos no aceptemos más este tipo de aberración, estamos matando nuestro entorno y nuestro derecho a vivir en un ambiente más bello y respirable. Nos estamos matando a nosotros mismos si no hacemos algo a partir de ahora. Se puede construir carreteras, puentes y túneles pero también se debe ser respetuoso con lo que nuestros ancestros nos han dejado; sólo así dejaremos a nuestros hijos una ciudad amable y bella como todos seguramente queremos. La participación de arquitectos y paisajistas en los equipos de diseño de estas soluciones viales, ayudaría a tomar en cuenta aspectos que para otros profesionales no son relevantes. Sería un verdadero trabajo en equipo y el resultado sería mejor y más coherente con el entorno. Es también necesario, por lo tanto, crear conciencia de esta problemática y es por ello que he citado algunos ejemplos que son evidentes y los vemos todos los días. Esto no ocurre en el mundo llamado "civilizado" pues se cree que allá hay más cultura y preocupación por estos temas. Puede que en parte sea cierto, pero de lo que estoy convencido es que en esos países la democracia se ejerce verdaderamente, sobretodo en estas cosas y no en las nimiedades que nos preocupan generalmente a nosotros. Debemos velar por la belleza de nuestras ciudades y debemos ser responsables de lo que en ellas ocurre. Comencemos a mirar con más detenimiento lo que sucede a nuestro alrededor y veremos cuantas cosas hemos dejado pasar sin decir ni una palabra, sin preocuparnos pues tenemos un lindo jardín y nuestro barrio está bien, en circunstancias de que hay mucho que está mal y es nuestra responsabilidad denunciarlo. |