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Más allá de lo que vemos cada día en Google, redes sociales o páginas de noticias, existe un mundo digital paralelo: la dark web, o web oscura. Este rincón de Internet no aparece en los buscadores tradicionales y sólo es accesible mediante programas especiales, siendo Tor uno de los más utilizados.
Así lo manifiesta Francisco Fernández, gerente general de Avantic Chile, quien explica que existen tres niveles de Internet como lo son la Surface Web, Deep Web y Dark Web.
“El primero de ellos corresponde a la parte visible y cotidiana del ciberespacio que uno emplea, es decir, los portales de noticias, tiendas online, sitios de servicios e instituciones públicas, plataformas como YouTube, etc. La Deep Web, en tanto, comprende información que no indexan los diferentes buscadores, pero que es legal. Algunos ejemplos de esto son los correos electrónicos (Outlook, Gmail, etc.), la banca en línea, las intranets de las organizaciones y los servicios Cloud, entre otros”, detalla el experto.
Respecto del tercer nivel, comenta que corresponde a una pequeña fracción de la web profunda que requiere de software específico y entrega anonimato. En este nivel conviven tanto usos legítimos (periodismo independiente o activismo, por ejemplo) como actividades ilícitas, que resultan muy riesgosas.
“La Dark Web representa entre un 5% a 6% de Internet, siendo utilizada diariamente por más de tres millones de personas en el mundo. Asimismo, se calcula que en ella se realizan al año transacciones por un monto cercano a los US$ 3.200 millones”, manifiesta.
El profesional advierte que dentro de la Dark Web se concentran múltiples ciberamenazas. Entre ellas se encuentran actividades ilícitas como el comercio de armas, drogas, datos robados y diversos servicios ilegales. También menciona los fraudes comunes como, por ejemplo, sitios que desaparecen tras recibir pagos en criptomonedas. Además, están los riesgos cibernéticos, ya que es habitual encontrar troyanos, ransomware o malware ocultos en descargas y enlaces.
“Tanto en la Deep Web como en la Dark Web se transa información robada, como datos de clientes, de usuarios y, lo más importante, credenciales con acceso a los sistemas de las empresas. De hecho, hay muchos ciberataques que han comenzado con el acceso a una organización con una credencial comprada, por ejemplo, en la Deep Web. Esto significa que ese acceso es legítimo y, por lo tanto, las herramientas de seguridad no lo alertarán, a no ser que sean muy especializadas”, complementa el experto.
Según explica el gerente general de Avantic Chile, la Dark Web es un espacio virtual donde conviven el anonimato y la privacidad, pero que al mismo tiempo concentra amenazas significativas. Es decir, se trata de la zona más oculta de Internet, un entorno donde la frontera entre lo legítimo y lo ilegal resulta extremadamente difusa.
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