¿Por qué debemos cambiar? Si uno analiza el negocio en el cual está, se dará cuenta que esta pregunta hay que hacérsela y responderla en forma permanente, al menos una vez en el semestre, ya que la industria y los negocios, producto de la globalización, la tecnología y la competencia, cambian mucho más seguido de lo que queremos o nos damos cuenta. ¿Cómo enfrentar un proceso de cambio? Considero que hay cinco elementos fundamentales y que nos pueden ayudar a planificar y ejecutar un proceso de cambio dentro de nuestras empresas: 1.- Análisis de la empresa y su entorno: Es prioritario hacerse preguntas básicas y por supuesto encontrar la respuesta a temas como, ¿En qué ne-gocio queremos estar? ¿A qué clientes les queremos vender y a cuáles no? ¿Dónde están las nuevas oportunidades de crecimiento rentable? ¿Quiénes no son nuestros clientes y deberían serlo? ¿Quién es nuestra competencia? ¿En qué se diferencia de nosotros? Estas son sólo algunas
2.- Análisis FODA: Identificar claramente cuáles son mis fortalezas para potenciarlas y apalancar nuestra estrategia competitiva en ellas, dónde y cuáles son las oportunidades de la industria y/o negocio en la cual estamos participando, que nos pueden dar crecimiento rentable en el mediano y largo plazo. Cuáles son mis debilidades para poder minimi-zarlas o eliminarlas y cuáles son las amenazas de mi competencia y el entorno para prepararse y enfrentarlas. 3.- Definición de la estrategia: Cómo y con qué armas me desenvolveré en el mercado, bajo qué premisa (costo v/s diferenciación) desarrollaré mis planes, con qué recursos contaré, qué tipos de productos y/o servicios serán los principales, a qué clientes llegaremos, etc. 4.- Objetivos e indicadores de desempeño: Estos deben ser claros, medibles, entendibles y alineados a todo nivel de la organización. Los objetivos por área deben ser coherentes y complemen-tarios entre sí y cada uno de ellos debe tener su propia forma de medir y evaluar el desempeño en forma constante y sistemática. 5.- Planeación del cambio: Una vez definido lo anterior, recién podemos empezar a pensar en cómo implemen-taremos el cambio, quiénes serán los líderes del proceso, qué alcance le queremos dar, cómo y cuándo lo comunicaremos, quiénes y cómo se hará el seguimiento y la evaluación del proceso, y cómo le informaremos a la gente el estado de avance del mismo. Todo proceso de cambio es complejo y largo. Hay que "evangelizar" a la gente y ser capaces de transmitir y convencer de que es el camino correcto, de que dependemos del esfuerzo y compromiso de cada una de las personas que conforman la organización, y el líder debe conseguir que la gente lo siga y se comprometa con él en términos personales y profesionales.
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