EDGE + IoT Inteligencia distribuida para escalar el valor Por Francisco Rojas, Director Ejecutvo Data&AI de Accenture Chile. Las arquitecturas tecnológicas tradicionales resultan insufcientes frente a la velocidad, volumen y ubicuidad de los datos que se generan en las operaciones actuales. Ya no se trata solo de almacenar información o visualizar dashboards en tiempo real. Hoy, las empresas necesitan ejecutar decisiones automáticas a partir de indicadores que se producen a gran escala en el entorno físico. En ese cruce entre lo digital y lo operativo, el IoT y el Edge Computing están marcando un punto de infexión para redefnir el potencial competitivo de sectores enteros.
Muchas organizaciones han adoptado estas tecnologías de manera táctica, sin integrarlas plenamente a su arquitectura computarizada. Según el estudio Leading with Edge Computing de Accenture, el 65% de las compañías ya utiliza Edge en algún grado, pero solo la mitad de ellas lo ha integrado de forma profunda con su core digital.
Esto ha dado pie a despliegues fragmentados, con casos de uso acotados y retornos limitados. Para capturar el verdadero valor de IoT y Edge, se requiere una visión transversal, capaz de convertir datos distribuidos en decisiones inteligentes y, más importante aún, en impacto operativo y de negocio.
El mismo informe revela que el 83% de los ejecutivos considera que el Edge será clave para seguir siendo competitivos, mientras que el 81% piensa que no actuar con rapidez puede impedirles aprovechar todo el potencial de esta tecnología. La diferencia entre aquellos que logran resultados y quienes no radica en el enfoque: las empresas con arquitecturas super integradas —que vinculan Edge, nube, datos e IA— son cuatro veces más innovadoras, nueve veces más efcientes y casi siete veces más propensas a reducir costos. En cambio, las organizaciones que se limitan a proyectos puntuales obtienen benefcios marginales y difícilmente replicables.
Desde mi experiencia, Edge Computing no es una tecnología más: es una nueva manera de estructurar la operación. Permite ejecutar modelos de inteligencia artifcial en el lugar donde se generan los datos, reduciendo la latencia y ganando autonomía. En sectores en los que cada segundo cuenta —como la manufactura avanzada, la energía, la salud o la logística— esto se traduce en efciencia, resiliencia y capacidad de adaptación. IoT, por su parte, proporciona la capa sensorial que hace visible lo invisible. Juntas, estas tecnologías habilitan una orquestación dinámica de procesos, conectando el entorno físico con el mundo analítico en tiempo real. Casos de uso Los casos de uso ya están sobre la mesa. La taiwanesa Inventec, por ejemplo, ha desplegado una red de fábricas automatizadas en las que combina Edge, visión computacional y realidad aumentada para reducir errores y mejorar la efciencia operativa. En el retail, más de dos tercios de las empresas que adoptan Edge lo emplean en puntos de venta inteligentes, robótica en tiendas y gestión personalizada de inventario.
En energía, las aplicaciones ofshore permiten continuar operaciones críticas incluso sin conectividad, asegurando continuidad y seguridad. Lo relevante es que en todas las situaciones, el procesamiento ocurre localmente, donde se crea el valor.
Estos avances también desafían el rol del ecosistema TIC. Ya no basta con implementar soluciones técnicas: se necesita diseñar arquitecturas resilientes, interoperables y adaptadas al contexto. Requiere talento especializado, gobernanza de datos distribuida y un entendimiento profundo de las condiciones en las que opera cada sector. La capacidad de desplegar inteligencia a escala, desde el core hasta el edge, será una ventaja competitiva creciente en los próximos años.
La oportunidad está en dar el salto desde arquitecturas centralizadas hacia modelos distribuidos, donde la inteligencia fuya con la operación y no dependa exclusivamente del centro. Tanto el IoT como el Edge Computing permiten crear ecosistemas resilientes, adaptativos y diseñados para responder en tiempo real. En este contexto, el canal TIC puede asumir un rol protagónico, integrando soluciones e impulsando nuevos esquemas de negocio, habilitando efciencia operativa y abriendo caminos a la innovación en sectores clave. No solo se procesan datos; se construye futuro. Edge Computing: base para una operación resiliente, ágil y escalable Escalabilidad y fexibilidad: Este enfoque permite estandarizar operaciones sobre una misma plataforma, adaptarse a distintos entornos y replicar soluciones con rapidez. En sectores como manufactura, retail o transporte, esto se traduce en mejoras tangibles en producción, logística y experiencia del cliente.
Visibilidad operativa y toma de decisiones en tiempo real: Al procesar datos en el borde de la red, las organizaciones pueden anticipar fallas, ajustar procesos y automatizar respuestas sin depender de conectividad permanente, ganando autonomía y resiliencia frente a interrupciones. Retos críticos para escalar Edge Computing en las organizaciones Talento especializado: El 52% de las empresas Super Integradas declara que encontrar profesionales con capacidades específcas para edge es difícil o costoso. Esto obliga a combinar centros de excelencia con habilidades locales, y formar perfles híbridos capaces de operar en entornos distribuidos.
Arquitectura de datos: El 27% de estas compañías señala la falta de estructuras de datos adecuadas como una barrera para avanzar. Edge exige diseñar fujos de información pensados a partir del origen, garantizando interoperabilidad, seguridad y gobernanza desde el dispositivo hasta la nube.
Escalamiento de casos de uso: El 32% de las organizaciones Super Integradas identifca como desafío escalar situaciones de aplicación, es decir, avanzar desde pruebas de concepto a implementaciones reales a gran escala. Es crucial defnir métricas claras, integrar el edge a la estrategia cloud y construir ecosistemas robustos de proveedores tecnológicos. Más información en https://emb.cl/bannerapp/gate.mvc?idb=16783 |