A pesar de que el espacio destinado a tecnología se encuentra situado auspiciosamente en la entrada del punto de venta, la escasa variedad de equipos y el modestísimo esfuerzo en la presentación de éstos llama poderosamente la atención desde el principio. El cliente se encuentra con dos mesones, cada uno destinado a notebooks y PCs de escritorio respectivamente, donde comparten espacio todas las marcas que distribuye la tienda, ambos con un casi nulo intento por diferenciar y guiar al comprador hacia la marca que pudiera ser de su preferencia. Si el cliente no se detiene, fácilmente podría pensar que la tienda distribuye equipos de dos compañías a lo más. Cabe destacar el esfuerzo, aunque insuficiente, de HP-Compaq, que con un aviso publicitario, intenta anunciar la sección computación entre un enjambre visual de máquinas de coser, televisores, jugueras y otros electrodomésticos para hogar que concitan la atención. La variedad de configuraciones disponibles es mínima, entre las cuales se encuentran Packard Bell, HP, Acer, Sony, Toshiba y Lanix, y la oferta de equipos está claramente comoditizada, apuntando a una fuerte lucha de precios más que a la opción de ofrecer modelos de acuerdo al uso que requiera el cliente. Esto puede explicarse por el segmento de público objetivo de la tienda, cuyos clientes llegan a comprar el primer computador de la casa en vez de venir con requerimientos específicos, por lo cual ABC-DIN es una muy buena opción para ellos. Para el cliente que desee un PC que se salga un tanto de ese estándar, el consejo es buscar otra opción en el mercado retail. Según pudimos indagar con los vendedores, la reciente llegada a la tienda de computadores Lanix ha tenido una muy buena recepción en ventas, ya que los clientes ven con buenos ojos el servicio técnico directo y eficiente que ofrece. Por otro lado, marcas preferidas por los consumidores son HP-Compaq y Acer. ¿Y el trabajo de los vendedores? Sin ánimo de ser lapidarios, hay que decir que la labor es bastante deficiente. Partiendo de la base que en nuestra experiencia, pudimos constatar la confusa pronunciación del archi conocido sistema "Windows" por parte de uno de ellos (lo decía con una horrorosa terminación de "puerta" en inglés); en tanto que su labor como guía, ante nuestro pedido de un computador para diseño gráfico, fue precaria. Una vendedora no conocía las configuraciones; aconsejaba una marca porque según ella destacaba por su reconocida "rapidez" en el mercado; desconocía los términos tarjeta gráfica y memoria para gráfica compartida o dedicada, y tenía, además, poco manejo de técnicas de venta. Nunca se puede generalizar, sin embargo, es negativo que un cliente se vaya con esta idea extrapolándola a todos los locales de venta. Aquí hay mucho trabajo por hacer. |