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| Por Arturo Moraga, Jefe de RRHH en Artisa. |
En el momento en que nos encontramos, la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) ha logrado una evolución notoria y consolidada, pasando a ser más que una mera estrategia de marketing o una poética declaración de “buenas intenciones”, convirtiéndose en una exigencia básica, tanto práctica como ética, para las empresas. En el caso específico del transporte de carga terrestre en Chile, una gestión responsable, valórica y sostenible no es solo una opción, sino una necesidad ineludible y cada vez más exigida.
Las empresas del rubro transporte que buscan comprometerse con la RSE no solo deben demostrar un compromiso real con el entorno, sino que también reconocer la trascendental relación con las comunidades y los denominados “stakeholders” (es decir, personas u organizaciones que se relacionan de algún modo con las actividades y decisiones de una empresa).
Más allá del cumplimiento legal, la verdadera esencia de la RSE en el transporte de carga radica en la minimización de residuos, la gestión eficiente del ciclo de vida de los insumos y el establecimiento de lazos colaborativos con las comunidades locales.
Chile, por su diversidad geográfica y cultural, ofrece un escenario ideal para que las empresas de transporte de carga terrestre adopten prácticas sostenibles que realmente impacten. Desde la preservación de los ecosistemas hasta la participación activa en el desarrollo comunitario, cada acción cuenta.
La correcta gestión asociada a la RSE no solo es un compromiso con el tiempo presente, sino una inversión inteligente a futuro, donde la sostenibilidad, el crecimiento económico y el respeto por el medio, no son ideas opuestas, sino que se unen de manera perfecta.
Siguiendo esta misma línea, Grupo Artisa, como un actor relevante en el mercado del transporte de cara terrestre en Chile, buscar ser un ejemplo concreto y un referente para el sector, haciendo un llamado a no limitarse al cumplimiento básico y asumir el desafío de liderar el camino hacia un transporte de carga terrestre verdaderamente sostenible en Chile y en la región. Esto, porque solo a través de un compromiso auténtico con la RSE podemos construir un mañana en que el transporte y la responsabilidad medioambiental logren una armonía perfecta que beneficie a todos.
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