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Los hábitos de consumo han cambiado en las nuevas generaciones. Ahora, tanto empresas y clientes finales buscan la sustentabilidad, siendo conscientes de la huella de carbono que genera cada una de sus entregas de pedidos.
Frente a esta situación, la logística debe avanzar por un rumbo más ecológico, considerando que este rubro es una de las industrias más contaminantes a nivel global, debido al uso de combustibles fósiles en sus medios de transporte. La última milla, que comprende el tramo donde el producto se despacha hasta el cliente final, puede aplicar soluciones ecológicas para disminuir el impacto de sus operaciones sobre el medioambiente.
Según Álvaro Echeverría, CEO de SimpliRoute, una startup chilena dedicada a la inteligencia logística, “se puede establecer una relación virtuosa entre rapidez, cuidado hacia el medioambiente y comodidad. Podemos verlo a diario con los clientes que tienen implementada nuestra solución, y todo ocurre gracias al trabajo que realizan nuestros potentes algoritmos de desarrollo propio, que usan la Inteligencia Artificial (IA) y el Machine Learning (ML) para llevarlo a cabo. La tecnología está cambiando el paradigma hacia un consumo más consciente y mercados menos contaminantes”.
En esta línea, Echeverría destacó tres estrategias para que los procesos de última milla de las empresas apliquen la sustentabilidad, rapidez y comodidad en sus procesos:
1- Clasificar las entregas entre aquellas que necesitan transporte a base de combustible y aquellas que no: Es importante destacar que la necesidad de sustentabilidad en los procesos de última milla ha generado en varios países un nuevo interés por las entregas a pie y en transporte público, ya que van generalmente aparejadas de una economía colaborativa y cero emisiones de CO2.
Hay muchas otras alternativas por las que se pueden hacer las entregas sin necesariamente recurrir a los vehículos a base de combustibles fósiles. El ruteo a pie es una de ellas, y está pensado para entregar cierto tipo de paquetes, generalmente pequeños, en radios acotados.
2- Incentivar y promover el ahorro de combustible: El comportamiento del transporte vehicular, causante de grandes trancones en ciudades con gran movimiento, no solo complica a los transeúntes, sino también a las empresas de transporte de productos. Evitar seguir rutas que consideren zonas congestionadas podría ser una alternativa a esta problemática, así como también despachar de noche.
Sin embargo, Echeverría comentó que hay otras estrategias, por ejemplo cargar los camiones de tal modo que se puedan entregar los pedidos más pesados al inicio y los más livianos al final, también ayuda a ahorrar combustible. Todo esto, acompañado por una planificación de rutas que tenga sentido y busque hacer eficientes los trayectos por zonas geográficas definidas.
3- Ofrecer packagings sostenibles: Los envases ecológicos vienen siendo una de las mejores alternativas para reducir la contaminación por exceso de residuos. La vida útil del plástico puede llegar a ser sólo de 5 minutos, permaneciendo entre 5 y hasta 50, e incluso miles de años en el ecosistema, dependiendo de su estructura. Los empaques compostables, por el contrario, están pensados para que los usuarios finales que los reciban puedan procesarlos para volver a la tierra.
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