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En tiempos de e-commerce, una entrega rápida es un factor vital para diferenciarse de la competencia. Es allí donde entra la capilaridad, un término que adquiere importancia en el ámbito de la logística.
En simple, la capilaridad contribuye, de alguna manera, a potenciar las ventas y a agilizar los procesos de entrega de producto a través de mayor presencia de centros de distribución, a lo largo de distintas zonas urbanas o densamente pobladas. Esto permite acotar los tiempos de espera de los clientes.
En ese sentido, Salvador Barros, Co-fundador de Kipp, una startup dedica al arriendo de bodegas, explicó que “bajo las tendencias actuales, minimizar tu tiempo de delivery ayuda a fidelizar a la clientela e incrementar tu pool de compradores. Hoy el cliente prioriza el plazo de entrega en el proceso de compra mucho más que antes, la entrega rápida y oportuna se ha convertido en un estándar, más que un plus”.
¿Pero cómo aumentar la capacidad logística ante la escasez de bodegas? La poca vacancia de estos bienes ha sido una verdadera piedra en el zapato. Según estimaciones de expertos en la materia, el mercado se empezó a desequilibrar después del estallido social en Chile.
Antes de eso, un mercado sano contaba con vacancias que fluctuaban entre 5 y 7% de disponibilidad. Cabe recordar que el mercado de bodegas es un área con baja flexibilidad, al que le cuesta adaptarse a los cambios de la industria.
De acuerdo a Barros, una buena oportunidad es aprovechar espacios ociosos en las grandes ciudades: “Hoy en día, hay muchas personas con piezas desocupadas o incluso las bodegas de departamentos donde no se les da uso. Que la gente arriende esas habitaciones, no solo ayuda a darle solución al problema, también ayuda a generar más ingresos para quienes ponen el espacio a disposición”.
El uso de estas bodegas alternativas es una opción a considerar, tomando en cuenta que ante la escasez de espacios disponibles, estos también se han encarecido, por la misma curva de oferta y demanda.
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