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Debido a la extensión de nuestro territorio continental que va entre los entre los paralelos 17° y 56° de latitud sur, configurando 6.435 kilómetros de costa, esto se traduce en una franja de tierra que presenta geografías muy diversas, y por lo mismo muy extremas.
En ese sentido, a la hora de instalar un galpón modular, la adaptación para este tipo de infraestructuras debe ser muy precisa, considerando los diferentes tipos de suelo e inclemencias climáticas. La amplitud latitudinal de Chile (de casi 40 grados), su relieve y la influencia del océano son los principales factores que explican la variedad climática del país.
Para ello, el Gerente General de Estructuras Marfil, Nicolás Alonso, señala que “estas estructuras son un gran aliado para inversionistas, que muchas veces limitan sus proyectos por lo complejo, diverso y costoso que es desarrollarse en las distintas zonas extremas de Chile. Son muy diferentes las necesidades en el norte grande, en la cordillera o frente al mar, donde encontramos alta radiación solar, resistencia a la nieve y fuertes lluvias y vientos, respectivamente”.
Ante eso, Alonso explica la adaptación que se debe emplear para levantar un galpón modular dependiendo de la zona climática del país. “En el norte, una de las piezas más relevantes de este tipo de estructuras, las que están debidamente certificadas por el Dictuc (Dirección de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile) es la cobertura. Nuestro PVC, el que abarca cerca de un 80%, debe poseer blackout, lo que permite que disminuya la temperatura exterior, y contar con filtro y tratamiento UV para la intensa radiación solar. Además, si se requiere menor temperatura se pueden incluir ciertos ductos de ventilación o climatización”.
Así mismo, agrega que “en la zona centro sur o cordillerana, donde nos encontramos con bastante carga de nieve, tenemos la posibilidad de llegar hasta 220 kilos por metro cuadrado de nieve. Para ello, contamos con otro tipo de diseño del techo, con una pendiente de 25 grados, costillas cada 2,5 metros y calefactores que se encienden cuando está nevando y así mitigar la caída de la nieve que garantice la seguridad de nuestros clientes”.
En esa línea, sostiene que “si levantamos un galpón modular en una zona más extrema del sur y que esté cerca del mar existen dos factores muy relevantes, lluvia extrema y fuertes vientos. Para aminorar el impacto del agua, contamos con un sistema de canaletas, tanto laterales como centrales y soleras perimetrales que impiden su ingreso al interior de la estructura”.
Finalmente, en relación a los vientos, Alonso afirma que “poseemos una memoria de cálculo, validada por ingenieros calificados, la que se adecúa al lugar de instalación, donde realizamos un estudio de las cargas de vientos de cada lugar y entregamos la perfilería y el diseño que requiera para resistir el peso”.
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