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2019 marcó el final de una racha de crecimiento de 10 años para la industria automotriz. La reciente disminución de la capacidad de producción fue causada por la guerra comercial entre la República Popular China y Estados Unidos que profundizó la recesión económica en China. Por otra parte, el “duro” Brexit y las cada vez más estrictas normas en emisiones de CO2 para los vehículos de carga en la Unión Europea han desempeñado su papel.
En 2020, las medidas adoptadas por varios Estados para contener la propagación de la pandemia de la Covid-19 han exacerbado el declive del sector automotriz. Los primeros cierres de instalaciones de producción tuvieron lugar en la provincia china de Hubei. Toyota, Honda y Dongfeng Motors, que tienen empresas conjuntas con consorcios automotrices franceses (Groupe PSA y Groupe Renault) poseen fábricas en dicha región. Seguido de una aguda escasez de piezas de repuesto en la República Popular China.
El mayor fabricante de automóviles surcoreano, Hyundai, siguió el ejemplo chino y cerró la producción. Las fábricas del gigante industrial producen autos para los mercados globales.
Con la introducción de las medidas de cuarentena en los países europeos, también allí se suspendió la producción de automóviles. La italiana Fiat Chrysler Automobiles (FCA) y la alemana Volkswagen se vieron forzadas a reducir las tasas de producción.
Las medidas de cuarentena también han cambiado los hábitos de consumo. Junto con una disminución en la producción de automóviles y piezas de automóviles durante la fase aguda del bloqueo, la demanda de ciertos vehículos también disminuyó. Sin embargo, la situación ha comenzado a cambiar con el levantamiento gradual de las restricciones.
En la “nueva realidad”, el turismo local ha ganado popularidad. Los requisitos de distanciamiento social han influido en la elección del medio de transporte. En lugar de aviones de alta velocidad y trenes ecológicos, la gente elige cada vez más los autos tanto para viajes personales como para viajes de negocios. Varias empresas están animando a sus empleados a utilizar automóviles para viajes de negocios y así reducir el contacto social y limitar el riesgo de infección. Según McKinsey, la reducción de la demanda de transporte público es una de las consecuencias a largo plazo de la pandemia.
Desde abril de 2019, el grupo corporativo AsstrA ofrece entregas regulares en la trade-lane entre Polonia y los Países Bajos para un fabricante de automóviles. Debido a la amenaza epidemiológica global, a finales de marzo de 2020 la compañía automotriz suspendió las actividades de la mayoría de sus fábricas en Europa.
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