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Las empresas constructoras española Sacyr, Acciona y FCC expresaron su deseo de hacerse con el contrato de obras del denominado “Tren Maya”, el ambicioso proyecto ferroviario para carga y pasajeros que se proyecta materializar en el extremo sur de México con más de 1.500 kilómetros de extensión, y que demandará una inversión que, según los diseñadores de la iniciativa, oscilaría entre los 6.000 y los 8.000 millones de dólares.
El gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador decidió renunciar al modelo de concesión por el de contrato directo vía licitación. Esto es, el constructor de la línea férrea y las estaciones, así como la empresa que aporte el material rodante que gane la licitación para tal efecto, recibirán un pago del ejecutivo azteca por el trabajo realizado, por lo que no tendrán injerencia alguna en su posterior administración, la que quedará en manos del Estado.
Ejecutivo ha encomendado la iniciativa del Tren Maya a la institución pública para la promoción de la inversión turística, Fonatur, cuyo Presidente, Rogelio Jiménez Pons, ha tenido contacto con 85 empresas interesadas de seis nacionalidades, entre ellas las tres españolas, aunque la mayoría (60) son locales. Asimismo trascendió que algunas constructoras chinas planean formar consorcios y que ya hay interés de fondos de inversión como BlackRock por hacerse del proyecto.
Este proyecto ocupa un lugar destacado en el plan de inversiones por más de 43 mil millones de dólares que el gobierno impulsa a efectos de sortear el estancamiento económico del país.
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