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A partir de este viernes 31 de enero la Unión Europea dejará de contar formalmente con uno de sus principales miembros: el Reino Unido.
Si bien muchos visualizan una situación caótica en rutas, puertos y terminales aéreos, las autoridades comunitarias llamaron a la calma ya que, según explicaron, este 31 de enero se da inicio a un periodo de transición que terminará el 31 de diciembre de 2020, fecha en que a ambos lados de la frontera comenzará la exigencia de visados y permisos tanto aduaneros como sanitarios. Se supone que para entonces ya habría –aunque muchos lo dudan- un nuevo acuerdo económico entre las partes.
No obstante, la opinión pública está preocupada, especialmente en aquellos lugares que se caracterizan por servir de plataforma de suministro entre la isla y el continente. Tal es el caso del puerto más grande de Europa, Rotterdam, Países Bajos, el principal puerto donde se cargan y descargan los productos que circulan en el intenso trasiego existente entre Gran Bretaña y Europa Continental. Mal que mal, en el mundo del comercio internacional 11 meses no es nada.
“Prepárate para el Brexit”, recomiendan carteles puestos en Rotterdam. , pues todavía no hay luces sobre un acuerdo comercial y el escenario duro, el divorcio sin pago de compromisos, sigue siendo un escenario probable. Por de pronto, se informó que las autoridades portuarias tienen movilizadas a 5.500 personas para hacer frente al descontrol que puede crear la salida británica no negociada.
“Durante el periodo de transición, no habrá controles de seguridad o de visados, tampoco se examinarán los productos alimenticios ni se pedirán papeleos extra a los conductores de camión. No esperamos un caos para este viernes y no usaremos ninguna de las medidas que tenemos previstas para mitigar el impacto de un Brexit duro. Ahora: no se sabe qué pasará el 31 de diciembre”, explicó Leon Willems, de la Autoridad Portuaria de Rotterdam, donde circulan más de 600 mil camiones al año, transportando más de 50 millones de toneladas de mercancías. El próximo año “los empresarios y conductores de camiones no serán autorizados a subir o bajar del ferry ni a acceder al puerto sin los documentos fronterizos adecuados que confirmen que sus productos cumplen las normas”, añadió Willems.
Que todavía haya que esperar 11 meses “no hace más que añadir incertidumbre” señaló la Directora General de Aduanas, la holandesa Nanette van Schelven, al diario español El Confidencial.
La Autoridad Holandesa de Seguridad de Productos de Consumo y Alimentos (NVWA), responsable del monitoreo de alimentos, plantas y animales, ha contratado a 143 veterinarios adicionales. Tendrán que hacer controles de los productos que ingresan en los Países Bajos, con destino a cualquier otra ciudad europea. Además, Aduanas invirtió 1,5 millones de euros para crear, por ejemplo, una “base portuaria”, un sistema de aduanas digital a través del cual, los camiones envían toda su documentación antes de subir al barco.
En tanto, las autoridades están alertando sobre un incremento en el número de polizones que intentan llegar a Inglaterra. Por de pronto, sólo en 2019 fueron sorprendidos 910 polizones en embarcaciones prestas a zarpar desde Rotterdam, fundamentalmente de Europa del este. Se estima que más de 10 mil kurdos han cruzado ocultos en camiones-refrigerador salidos de algún puerto holandés.
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