Plásticos Mendoza, empresa que controlaba casi la mitad del mercado nacional de bolsas plásticas, estudia demandar al Estado tras la entrada en vigencia de la ley que dictamina el fin de estos contenedores.
“Estamos pensando en demandar al Estado, porque coartaron nuestra libertad”, dijo a Diario Financiero Claudio Morales, socio desde 2013 de Fernando Mendoza, el fundador de la marca, asegurando que el valor de su empresa “pasó de US$ 24 millones a cero”, los bancos cerraron sus puertas y las aseguradoras hicieron lo mismo.
Mendoza indicó que el anuncio de la Ley produjo una rebaja en las ventas, de $1.200 millones a $500 millones. Además, de sus ocho maquinas sólo tienen dos activas, los turnos disminuyeron de tres de ocho horas a dos de diez y tuvieron que desvincular a 30 personas.
“Esto nos provocó una hecatombe, que nos pegó fuerte. Ahí empezó la debacle, que más que en las ventas, fue en la restricción de las líneas de los bancos”, explicó Morales.
Plásticos Mendoza tiene acreencias por $11.000 millones, deuda que cuenta con un año de gracia y otros diez para ser saldada.
Para enfrentar la crisis, la firma se enfocará en manufacturar envases de plástico para productos de alto consumo, como toallas de papel y papel higiénico.
En tanto, seguirán produciendo sus bolsas plásticas estilo camiseta para exportarlas a Perú, donde todavía son utilizadas.
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