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Otto nació como un proyecto muy ambicioso de la mano de antiguos trabajadores de Google. Su objetivo era desarrollar camiones autónomos que fueran capaces de transportar mercancías realizando rutas concretas con todas las garantías, un planteamiento que le permitió llamar la atención de Uber.
El gigante dedicado al sector del transporte privado acabó haciendo una generosa oferta por Otto y cerró una operación de compra por un monto aproximado de US$ 680 millones.
Ahora ese proyecto se cancela y Uber dice adiós al camión autónomo, centrando sus esfuerzos en automóviles autónomos.
Eric Meyhofer, responsable de la división de Uber dedicada a estos sistemas, Uber Advanced Technologies Group, anunció la decisión. Explicó que "en lugar de tener dos grupos trabajando cada uno por su lado, enfocados en distintas plataformas de vehículos, quiero en lugar de ello que colaboren como un equipo". Para este directivo lo más importante ahora es solucionar los problemas y retos que plantea el automóvil autónomo, y luego quizás aplicar y adaptar esos sistemas a camiones.
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