Si Riachuelo –la empresa de moda más grande de todo Brasil– fuera hoy una película, el libreto sería un éxito aclamado por los mejores críticos del cine.
Esto porque en los últimos años la empresa revolucionó toda su estrategia, implantando un nuevo modelo de negocio. Riachuelo pasó, desde entonces, a substituir colecciones enteras en semanas (o días), de acuerdo con los intereses de sus consumidores. Es decir, en vez de producir la mayor parte de una colección antes de llegar a las tiendas, ellos se dedican a analizar el desempeño de las ventas para decidir lo que será fabricado o no.
Dicha estrategia está basada en el concepto conocido en la industria de la producción como push and pull, que significa una producción empujada y halada. La producción empujada se inicia antes del pedido de compra del cliente y es más enfocado en tener estoque. En este caso, se toma en cuenta el histórico de ventas de un determinado producto o el comportamiento del mercado. Ahora, en la producción halada no se utilizan estoques, siendo el cliente el personaje principal, pues es él quien determina el inicio de la producción, es decir, la producción se inicia solo a partir de la demanda del cliente.
“Nosotros teníamos un modelo de operación antiguo diseñado para un concepto de cadena empujada y nos dimos cuenta que estaríamos por fuera del alineamiento estratégico de la empresa si continuábamos de esa forma. Nosotros prácticamente necesitábamos revolucionar toda la estrategia de operación de nuestra logística”, resalta Maurício Paniquar, Director Logístico de Riachuelo.
Es en este momento entonces que se inicia el clímax de la película: Riachuelo necesitaba de un centro de distribución que fuera la cabeza de esta estrategia, capaz de coordinar todos los pedidos en el recibimiento, separarlos y entregarlos. Muchas veces unitariamente y más de una vez por semana a cada tienda. Además de esto, Riachuelo estaba próximo a comenzar su atendimiento e-commerce convirtiéndose así en una empresa omnichannel.
Para esto, ellos fueron en búsqueda de un aliado, que les ofrecía una solución integral y flexible, con capacidad de unir diversos modelos de operación, tanto de ropa colgada, como cajas e ítems de alto valor agregado.
“Nosotros investigamos y vimos que SSI Schäfer tiene un mix de soluciones más completo que otras empresas que están en el mercado [...] Estuvimos durante siete meses investigando al rededor del mundo. Analizamos operaciones en EUA, en América Latina y en Europa y realmente no encontramos ningún CD que uniera todas las características que conseguimos implementar aquí dentro de nuestra operación”, explica Paniquar.
SSI Schäfer implemento en un área de 100.000 m² un sistema complejo que comprende operaciones de ropa colgada, productos en cajas y productos de alto valor agregado. Son más de 100 docas para recibimiento (algunas destinadas exclusivamente para productos en perchas) y expedición. Un translog con una extensión superior a 5.000 metros que transporta las prendas colgadas, las cuales son separadas automáticamente primero por categoría y posteriormente por tienda.
En el área de cajas, SSI Schäfer implementó el sistema Miniload, con robots dedicados a almacenar y retirar las cajas automáticamente. También fueron instalados Carroussels operando bajo el concepto de separación producto al hombre, estaciones de separación put to light, almacenes verticales Logimat para el almacenamiento de productos de alto valor agregado y Carroussels operando como un buffer de expedición de cajas. Todo esto conectado a través de aproximadamente 5 kilómetros de esteras.
Dado que el ritmo de reposición de las piezas es “halado” por la cantidad de ventas en las tiendas y no “empujado” por la producción de la fábrica, los estoques fueron drásticamente reducidos y las ventas aumentaron substancialmente.
“Nosotros tuvimos realmente en este primer semestre, el mejor primer semestre de los 70 años de historia de la empresa”, afirma Flávio Rocha, Presidente de Riachuelo.
Si Riachuelo fuera una película, sin duda alguna el protagonista de esta historia sería el consumidor; ya la intralogística -poco conocida por la mayoría- sería el director.
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