Hay buenas razones para usar embalajes a granel cuando los productos pueden almacenarse y transportarse sin la necesidad de un envase primario que llegue al punto de venta.

La reducción de costos por embalaje/contenido y en material de descarte son dos razones que ganan terreno en esta propuesta, a la luz de la economía y requisitos medioambientales actuales. Empresas que requieren containers más eficientes para almacenar y transportar grandes cantidades de productos buscan los IBC (Intermediate Bulk Containers) o contenedores intermedios para granel.

Por otra parte, los embalajes a granel tienen altas exigencias en cuanto a resistencia, como a vincularse con sistemas de transporte que permitan manipular con seguridad volúmenes y pesos que pueden superar las cargas permitidas para personas. Además, los sistemas para su llenado y vaciado fácil constituyen elementos esenciales de su diseño, así como, en algunos casos, la reducción de su tamaño o de sus componentes para su traslado desocupados o para su reciclaje.

Sus ventajas logísticas incluyen optimización del espacio de transporte, maximización del retorno por costo de tonelada transportada y carga y despacho con poca mano de obra. Los embalajes para granel deben ajustarse a estándares relevantes nacionales e internacionales para bienes peligrosos o no peligrosos.

Según el uso final, el producto podría requerir de un re-envasado y etiquetado en su envase comercial en destino. O en el caso de que los contenidos lleguen a grandes industrias, pueden descargarse directamente en toneles, bodegas, silos u otros contenedores donde a modo de ingredientes, o insumos, pasan a una cadena de producción para producir otro producto final. Curiosamente, en este caso, se suele perder la identificación del origen del ingrediente.

Entre las alternativas más desarrolladas se encuentran:

• Contenedores flexibles para carga/transporte/descarga de granel (FIBCs - Flexible Intermediate Bulk Containers): Tienen la función de contener un producto, almacenarlo y transportarlo. Todas estas bolsas requieren llenado y descarga, ser levantadas para colocarse dentro o sobre un medio de transporte y, sobre todo, deben testearse de acuerdo a los estándares o normas apropiados tanto para el peso y tipo de material que será contenido en ellas.

• Eslingas de carga: Son un sistema de sujeción en base a cables o trenzados entrelazados que permite transportar bolsas más pequeñas, juntas, de un modo eficiente, simple y económico. Con ellas se elimina el uso de pallets y se reduce la posibilidad de merma por daños provocados por mala calidad de pallets. Las eslingas pueden doblarse en un paquete ocupando poco espacio y son de bajo peso para reusarse. Resisten unos 2.000 kg de carga.

Se manufacturan de polipropileno con tratamiento estabilizador UV para uso exterior. Deberán ser adecuadas a la carga y a los esfuerzos que han de soportar. Hay eslingas sintéticas y de malla de acero.

• Depósitos flexibles para transporte de granel líquido.

• Liners de PE (polietileno): Son grandes bolsas plásticas que pueden entregarse en rollos o pre formadas. En general, se emplean como forro de la bolsa a granel, para evitar el ingreso de humedad o materias extrañas hacia los productos contenidos.

• Liners de containers: Ofrecen un medio efectivo de transporte de carga a granel en containers, pudiendo ser más económicos que las bolsas a granel. Algunos productos que se pueden transportar en ellos son: resinas, azúcar, alimentos, granos de café, otros granos, polvos sensibles a la humedad, entre otros. Están hechos de polietileno de alta calidad, lo que les otorga resistencia y estabilidad. El material reciclable post consumo evita lavado del container una vez que se ha descargado; pueden plegarse reduciendo su volumen para devolverse, lavarse y reutilizarse. Ofrecen alta seguridad contra robo, minimización de merma o daño de productos y contienen boquillas para carga y descarga, ya que se llenan instalados sobre el equipo de transporte.

Más ecológicos

En su uso más doméstico, la conocida Martha Stewart señala que el uso de productos envasados a granel reduce la basura en 90% por volumen y 75% por peso comparado con porciones individuales. Ello implica re-envasar en contenedores más manejables y reutilizables por el usuario en el hogar. Un ejemplo sería el detergente en envases de 5-10 kilos o el saco de azúcar de 5 kilos. Otro ejemplo es el concepto de recarga reduciendo envases.