Error y omisión

El Complejo Aduanero Courier se estableció en el año 2002 como una solución transitoria para las operaciones de recepción y despacho de mercancías que realizan las empresas de transporte expreso, que se instalaron en el antiguo Terminal Nacional de Pasajeros del Aeropuerto de Santiago con SCL como concesionaria. La empresa sacó algunos muros, pero -según Marcelo Pérez- "no hizo las transformaciones de fondo necesarias". Tampoco lo hizo después de algunos años, a pesar del 10% de crecimiento sostenido experimentado por la industria.

¿Cuáles son las condiciones actuales en las que opera el Complejo Aduanero Courier?
Son verdaderamente inaceptables. Hay que recordar que el Terminal Nacional de Pasajeros se construyó hace más de 50 años, y nosotros utilizamos los mismos empalmes eléctricos y los mismos sistemas de ductos de alcantarillados. Pero, no sólo es muy antiguo, sino que está hecho para pasajeros, no para operar la carga de todo el transporte expreso de este país.

¿En qué se traducen estas condiciones?
Afecta enormemente nuestros niveles de eficiencia. Tenemos tiempos promedio en aeropuerto de más de 10 horas y, como son ocho las hábiles, en muchos casos pasamos al día siguiente con la carga. El Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos exige que el proceso para desaduanar la carga demore seis horas máximo, por lo tanto, no estamos cumpliendo con esa condición. Sumado a eso, los cobros por arriendo violan las bases de licitación. Hasta antes de la ratificación del fallo, SCL no nos cobraba por metro cuadrado utilizado como estaba establecido, sino por kilo transportado. Increíblemente, pagábamos más cada año, mientras las condiciones de infraestructura empeoraban.

Instalaciones del actual Complejo Aduanero Courier en el Terminal Nacional de
Pasajeros del Aeropuerto de Santiago.

La verdadera motivación tras la presentación de la demanda contra SCL en el Tribunal de Libre Competencia (TDLC), el 26 de octubre de 2006, fue lograr un "efecto megáfono" a las demandas de ATREX. Nunca pensaron llegar tan lejos. Creyeron que no sería necesario. La Asociación reclamó desde el año 2002 mejores condiciones de infraestructura para operar la carga transportada desde Chile hacia el mundo y viceversa, sin embargo, nunca obtuvieron respuesta.

¿La vía legal fue la única solución posible?
Sí. Confieso que cuando asumí como Presidente de la Asociación me pareció insólito que luego de tantas gestiones hechas, por años, nunca hubiéramos sido escuchados. Un poco incrédulo, hice nuevamente todas las gestiones, por cierto infructuosas. En ese momento, decidimos como ATREX tomar el camino legal para lograr ser escuchados. Sinceramente, partimos con la idea de la demanda pensando que serviría como una especie de parlante de nuestras solicitudes e importantes requerimientos. Creímos que no sería necesario llegar hasta la última instancia y que recibiríamos una contrapropuesta por parte del demandado. Nunca fue así, por lo tanto, seguimos.

¿Ganar estaba en sus cálculos?
Sabíamos que nuestro reclamo se ajustaba completamente a derecho, pero estábamos conscientes de que luchábamos contra un gigante, y que ganar era difícil. Sin embargo, fuimos asesorados por Agustín Barroilhet (Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile), quien nos defendió de manera impecable y robusta. Gracias a su gestión logramos ganar en primera instancia ante el TDLC, y luego la Corte Suprema ratificó el dictamen y falló definitivamente a nuestro favor.

Maqueta arquitectónica del futuro Complejo Aduanero del Transporte Expreso.

¿Cuáles son las repercusiones del fallo?
Son bastante contundentes. Primero, obliga a SCL a darnos un terreno en arriendo, con un precio preestablecido. En segundo lugar, exige respetar las bases de licitación y el cobro de arriendo por metro cuadrado utilizado, no por kilo transportado como hasta ahora. Por último, el fallo multa a la empresa concesionaria a pagar $800 millones al Estado de Chile.

Se trata de un triunfo de envergadura…
Así es. Es un triunfo en muchos sentidos. Por una parte, logramos reivindicar nuestros derechos como empresas y asociación, vulnerados desde el año 2002; y por otra, es un logro mayúsculo haber reunido a 17 empresas, fuertes competidoras en el mercado local. Gracias a que fuimos capaces de actuar unidos, hoy tenemos un peso mayor y nos hemos convertido en un punto de referencia importantísimo para la industria.

¿La preocupación de ATREX hoy es el nuevo Complejo Aduanero del Transporte Expreso?
Absolutamente. Estamos trabajando en el proceso de licitación para su ejecución y construcción, de manera de lograr que esté terminado dentro de un año. También estamos concentrados en el diseño. Después de haber operado ocho años en pésimas condiciones, hoy queremos tener el mejor complejo aduanero posible. Aspiramos a levantar un modelo para el resto de América Latina, sacando lo mejor de todos los mundos que confluyen en la Asociación: el nacional, el americano, el alemán y el holandés.