Junto con el perfeccionamiento del manejo de datos que acompaña el uso de tecnologías de códigos de barra y su lectura (reemplazando el teclado de datos), los sistemas de códigos de barra son un eslabón esencial en el manejo de los negocios globales. La tecnología de los códigos de barra incluye la simbología que codifica la data, que será leída en forma óptica; los scanners y decodificadores, que capturan imágenes visuales de las simbologías y las convierten en información digital compatible con computadores; las tecnologías de impresión, para producir símbolos legibles por máquinas; y los verificadores, que validan la calidad del código. Existen diversas tecnologías de simbología de códigos de barra; cada una tiene sus reglas en cuanto a caracteres, codificación, impresión y decodificación, chequeo de fallas, y otras características. Estas se diferencian en sus modos de representar los datos y en el tipo de datos que pueden codificar: algunos sólo codifican números, letras y algunos caracteres de puntuación. Los más nuevos pueden codificar diversos idiomas en un mismo símbolo, permiten codificación por usuario, de datos especiales o adicionales e incluso la reconstrucción de datos si se daña el símbolo. Existen también los códigos bidimensionales. Las simbologías más universales son pocas, lo que permite justamente un lenguaje común en el ámbito de los negocios globales, de modo de poder contar con datos útiles, independientemente de idiomas o sistemas particulares que traban la agilidad requerida en el intercambio de productos y datos a nivel global. Su impresión tradicional en diversos sustratos y soportes para envases y embalajes tales como papeles, cartones, laminados, cartón corrugado, plásticos rígidos o en etiquetas autoadhesivas, transparentes, entre otros, se ha extendido a vidrio y metales, pudiendo imprimirse en superficies expuestas a ambientes húmedos u otros. Su aplicación directa a productos incluso alimenticios, con tintas especiales, comestibles, es un área de continuo desarrollo, en la búsqueda por reducir materiales sin perder valor informativo. Las etiquetas con códigos pueden ser autoadhesivas, bandas u otras, sintéticas o de papel. En su formato más común, los códigos de barra son aquéllos que aparecen como una serie de barras y espacios que varían en su ancho, existen hace más de 25 años, son lineales, y los más empleados por tecnologías de reconocimiento óptico. Los más conocidos son el Código 39, de la industria automotriz y militar; el UPC (Universal Producto Code), pionero en la industria supermercadista en 1973; el EAN (European Article Number), aplicado también en envases para supermercados basándose en el formato europeo; y el Código 128, empleado en embalajes; entre otros. Los códigos de barra aportan fundamentalmente a la estandarización dentro y entre las industrias, factor en el cual se ha basado el crecimiento e implementación de esta tecnología, existiendo estándares y especificaciones públicas, para su impresión, contraste cromático, escaneo y verificación de sus simbologías. Sus principales ventajas se miden en la optimización y mayor eficiencia de la manufactura, bodegaje, distribución de bienes y ahorro de costos, así como en el manejo "justo a tiempo" por medio de información universal, y en todo tipo de automatización, a través de la cadena de suministros. Por otra parte, los códigos de barra son la base para la trazabilidad de los procesos de los productos, pudiendo arrojar, por ejemplo, información sobre la recepción de materiales, proceso de manufactura, ensamblaje, inspección y despacho. La trazabilidad puede conseguirse sólo si se logra la identificación precisa del producto. En este sentido, uno de los campos más exigentes es el de los productos farmaceúticos, donde es necesario resolver el problema de la identificación y donde el problema de los distintos idiomas se torna más crítico dado el tipo de información y los efectos de los productos. En cuanto a formato, también existe información que se puede imprimir directamente sobre el producto farmaceútico con tecnologías de simbología para espacios reducidos. Una de las razones del crecimiento de los códigos es que pueden ser impresos con una variedad de métodos, de mayor precisión según el soporte y las tintas y/o procesos en sí mismos. Entre éstos están las impresoras por impacto, las láser en base a toners, las impresoras inkjet, y virtualmente cualquier proceso fotográfico o proceso de tintas húmedas en casi cualquier superficie directa, o sobre etiquetas, generalmente adhesivas. La calidad misma del código de barra se mide en base a la calidad de la imagen y precisión dimensional, la codificación de los datos, los materiales de etiquetado o soporte, la ubicación donde se coloca el símbolo o la etiqueta con el código en el producto. Y no es sólo un asunto que se vea bien al ojo desnudo: debe poder leerse inequívocamente en todos sus aspectos, durante todo el trayecto de su vida útil hasta el usuario final. |