Las navieras están habituadas a fuertes altibajos en la demanda por sus servicios a lo largo de los ciclos económicos, pero Drewry sostiene que jamás habían enfrentado una combinación de circunstancias tan adversa como la actual.

Cuatro grandes navieras internacionales, incluyendo empresas de la talla de SYMS y SAILs, entraron en bancarrota a fines del 2008, y Drewry Shipping Consultants señala en su estudio prospectivo trimestral Drewry Container Forecaster que, desafortunadamente, lo más probable es que varias otras empresas del sector les sigan los pasos durante este año.

La baja en la demanda por transporte de contenedores -y la consecuente baja de tarifas- ha sido especialmente dramática en las rutas entre Asia y Europa.

Por esto es que no extrañó que durante el cuarto trimestre del 2008 varias de las grandes navieras del mundo, incluyendo a la Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV), hayan suspendido sus servicios Asia-Europa.

En circunstancias como las actuales suele ser vital para una empresa adoptar medidas rápidas y drásticas, por dolorosas que resulten, para proteger su liquidez.

Sin embargo, Drewry advierte que el desequilibrio entre oferta y demanda en esas rutas sigue siendo demasiado grande, por lo que pese a que las tarifas han caído ya a niveles "no comerciales", seguirán bajando en el corto plazo.

Para navieras que se embarcaron en años recientes en ambiciosos programas de expansión, sin preocuparse por asegurar niveles de liquidez suficientes para un posible bajón en la demanda, la situación actual es muy difícil.

Sus ingresos no alcanzan para el servicio de las deudas contraídas, y ni siquiera pueden liquidar portacontenedores a precios razonables, porque en un mercado como el actual hay pocos interesados (y hay aún menos banqueros dispuestos a conceder préstamos para financiar este tipo de transacciones).

Naturalmente, el desastre de unos es la oportunidad de otros. Empresarios cautelosos que se mantuvieron líquidos en los últimos años, apostando que ese prolongado boom era insostenible, pueden adquirir hoy empresas navieras a precios absurdamente bajos.