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Packaging y góndolas refrigeradas
pueden optimizarse para lucirse más

La cadena de frío de productos refrigerados o congelados llega al retail antes de llegar a destino final en el hogar. Es aquí donde deben conservarse para prolongar su vida útil y exhibirse para atraer al consumidor. Su diseño debiera considerar variables como la visión, alcance, legibilidad, iluminación y ergonomía para facilitar la selección y manipulación, así como una optimización del espacio en góndola.

En los puntos de venta nacionales, las zonas para productos congelados y refrigerados tienden a crecer para acoger nuevos productos que facilitan la preparación de alimentos, mientras el tiempo destinado a prepararlos disminuye en los hogares chilenos. Es decir, son productos de un alto valor agregado, por los cuales pagamos por su funcionalidad.

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Esta disposición obliga a acercarse; la profundidad del mueble escalonado, ofrece mejor visibilidad. .

Estos lineales fríos, por tanto, deben integrarse a la cadena de distribución y conservación, manejando el factor temperatura y humedad de modo de garantizar la cadena de frío.

Además, deben proyectarse agregando a su diseño un factor de suma importancia, focalizado en cómo su forma propone exhibir los productos, para presentarlos y provocar que los consumidores se acerquen y los vean expuestos fácilmente.

Las fotografías ilustran con claridad las situaciones posturales adquiridas por distintas personas para manipular y leer los envases, pues éstos no se han diseñado, en general, pensando en los requerimientos impuestos por este mobiliario. Tanto los formatos verticales como los horizontales presentan ventajas y desventajas para la exhibición y acercamiento para seleccionar los productos. Lo importante al diseñar un envase para frío es conocer cómo se exhibirá, de modo que, por su parte, aporte a una manipulación y exhibición atractiva, integrando estos factores a las condiciones de los materiales que tienden a sufrir modificaciones visuales y al tacto, debidas al frío.


Algunos de los factores a considerar son:

La condensación que bloquea la vista.

El hielo o escarcha en los productos que vistos en bolsas transparentes son menos atractivos que impresos mostrando el producto en estado original y cubriendo el producto congelado (sin embargo su mensaje es más "transparente").

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Posturas habituales para personas que no alcanzan a tomar el producto deseado.

Materiales que absorben humedad y disminuyen su resistencia al apilamiento (por ejemplo, algunas cartulinas no tratadas adecuadamente tienden a colapsar y el producto aparece como adulterado o vencido, de modo de pensar en un diseño de caja que no se apile uno arriba del otro, por ejemplo, en muebles horizontales).

Materiales resbaladizos por efecto del frío o condensación, cuyos envases pudieran ser autosoportantes para facilitar su manipulación y mejorar su exhibición (aunque este formato ocupa más espacio en góndola).

Uno de los elementos que más protege la acción del frío son las puertas que deben permanecer cerradas; en el caso de los muebles verticales, tiende a producirse un vacío y ocupan espacio hacia el pasillo que limita su ubicación. Los muebles horizontales, en tanto, dependiendo de los productos, pueden o no tener puertas deslizantes. En ambos casos, esta misma protección también causa algunos retrasos en la selección de productos; hay casos en que no se encuentran con facilidad las manillas para su apertura, otras que la gente simplemente no cierra, y otras que se empañan.

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El producto no se lee a causa de un vidrio empañado. La puerta abierta cada vez que alguien se acerca, mantiene el vidrio empañado, haciendo pasar inadvertidos diversos productos que tienden a ser más caros.

Por otro lado, las alturas de sus repisas o la disposición de los cestos, indican qué cabe, cuántos y cómo apilar u ordenar los productos. Esta consideración impacta directamente en un diseño gráfico que tome en cuenta las caras visibles del envase para que, apilados para optimizar el espacio disponible, "griten" al consumidor qué contienen. Diversos casos de productos nuevos no han considerado esta parte de la cadena y, por ende, son expuestos sin su mejor cara a la vista, perdiéndose los esfuerzos de marketing y lanzamientos que pueden haber significado altas inversiones. Como conclusión, se puede decir que para lograr el mayor impacto en este punto de la cadena de distribución, el más importante, previo a ingerir el producto, es el diseño del envase y de los muebles, ya que pueden aportar a optimizar la exhibición tomando en cuenta factores que se interrelacionan al ofrecer una buena cadena de frío al consumidor para garantizarle un producto atractivo y seguro.

Por María Loreto Valdés Arrieta, Diseñadora, Miembro IPPO (International Packaging Press Organization).  lorevaldes@mi.cl

Septiembre 2009
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