 | Promociones expuestas directamente en embalajes secundarios evitan que caigan y facilitan el “llegar y llevar”. | Desde esa perspectiva, el envase debe presentarse no sólo atractivo gráficamente hablando, sino estructuralmente sin daño alguno. Los consumidores definitivamente tienden a no acercarse a un envase que presenta daños físicos, pues ya no son garantía de calidad: se perciben como productos vencidos (aunque no lo estén) o que están en descuento justamente por no estar presentables, aunque el producto contenido puede no haber sufrido el daño asimilado por el envase. También, según el daño, pudo haber sido violado o manipulado, es decir, abierto y vuelto a cerrar, degustado, contaminado, etc. Sin embargo, esto no se sabrá hasta abrirlo. De hecho, si bien una de sus funciones principales es proteger, visualmente el daño es evidente en el envase externo, el que debe atraer al consumidor. Por lo tanto, si se compra, se asumen los riesgos.  | Existe rotulación para instruir sobre los límites de resistencia en el apilamiento. Los modos de estibar la carga respetando las características del cartón corrugado y otros materiales es esencial para optimizar cualquier tipo de transporte y debe educarse a las personas involucradas para evitar daños innecesarios por malas prácticas.
En la foto se muestra un caso de una carga mal estibada sobre el pallet, donde se ha roto el stretch film para sacar algunas unidades, sin preocupación por mantener una estructura ordenada. | Por otra parte, los daños provocados por envases diseñados sin pensar particularmente en la distribución y manipulación en el punto de venta, implican una merma tanto de productos como de gestión. Partiendo por las bodegas de los supermercados, ya surgen problemáticas relacionadas a los envases paletizados y a su manejo en los racks. La transferencia de los envases entre uno y otro debiera estar considerada de tal modo de que se facilitara el traspaso y aseguraran los envases; en esta etapa, materiales resbaladizos y/o fáciles de rasgarse, envases que se revientan como consecuencia de caídas, formatos no apilables, son causa de mermas. A ello se agrega el intento de optimizar el espacio de la bodega bajo la presión de una dinámica de rotación de productos constante y en variados formatos; y la altura de los racks, donde el manejo puede hacerse con grúas horquilla o manualmente y, en casos de grandes centros de disribución, bodegas robotizadas controladas por software especializados. La organización de los envases primarios se efectúa preferentemente por medio de unidades intermedias (envases secundarios tales como displays, cajas de cartón corrugado, bolsas), a las cuales a su vez se les pide cumplir con la facilidad de apilar, abrir, sacar unidades e incluso, ser displays directamente en las salas de venta. El envase secundario, en particular el de cartón corrugado, adquiere cada día más valor, pues adicionalmente es un actor estratégico en reducir los tiempos y gestión de reposición. Tanto así que existen supermercados cuya sala de venta está diseñada para exhibir a partir de estas unidades secundarias.  | Los daños sufridos en el embalaje por manipulación indebida, en este caso no se traspasan al producto en conserva, debido a la alta resistencia de las latas, pero el manejo de las latas ya no podrá ser sino uno a uno, perdiendo la caja una de sus funciones. | En la sala de venta, esta tendencia ha implicado incorporar en la cajas prepicados diseñados y ubicados para facilitar la apertura sin elementos cortantes (reduciendo a la vez daños físicos a los reponedores), pero que a su vez tengan ya incorporado, desde el corte y plegabilidad, el modo de exhibir la mercadería y/o apilarla atractivamente. Esta característica facilita el armado de islas llamativas y especialmente diseñadas para proteger los envases primarios y evitar que éstos se caigan, aún si su materialidad es deslizante o frágil de manipular.
La tendencia de potenciar el envase secundario como módulo intermedio vincula al producto en su envase primario (en contacto con el contenido) con el pallet, el cual se ha estandarizado como elemento organizador de los contenedores, camiones y otros espacios, en la búsqueda de optimizar la cadena logística. Esta ecuación, adecuadamente estructurada, permite grandes ahorros no sólo en la gestión de distribución, sino que además hace un aporte hacia una visión y tendencia sustentable. Su diseño inicial debe considerar, por tanto, el transporte final de los embalajes secundarios, asegurando un manejo post consumo adecuado, ocupando poco espacio, reutilizándose o facilitando su descarte y/o reciclaje controladamente. |
