¿Cuál es su postura frente a estos vehículos?
Como representantes de Volkswagen llevamos años trabajando y desarrollando el concepto de Bluemotion, iniciativa que introduce diversas modificaciones a nuestros modelos a fin de rebajar considerablemente sus consumos de combustible y emisiones de CO2 en comparación con vehículos similares.
Esta iniciativa nos ha dado excelentes resultados comerciales porque encontramos un mercado que está interesando en transportarse, pero cuidando el medioambiente. Por ello también estamos potenciando y trabajando en líneas con motorización a gas, híbrida, biodiesel o eléctrica.
¿Qué ocurre con los modelos comerciales y de carga?
Lo que pasa es que antes de masificar cualquier tipo de combustible limpio, primero tenemos que ver cuál de todos nos ofrece la mejor oportunidad de desarrollo para el país. En el caso de Chile, a corto plazo le conviene explotar una red de distribución para modelos a Gas Natural Licuado o Gas Natural Comprimido, ya que los proveedores locales han mostrado interés en implementar este tema y poseen la infraestructura adecuada para un proyecto de esta magnitud.
El gas natural es una de las soluciones más fáciles de desarrollar porque ya cuenta con aplicaciones exitosas en Argentina y Chile. Asimismo, nosotros como marca tenemos vehículos GNC operando en Punta Arenas sin ningún tipo de inconvenientes, por ende, es una realidad que a nuestro juicio puede ser aprovechada.
Muchos especialistas opinan que el futuro es eléctrico…
Lo que ocurre es que Chile todavía carece de una infraestructura y una logística a nivel nacional para poder "cargar eléctricamente" este tipo de vehículos. Es cierto que estamos dando los primeros pasos, pero todavía falta tiempo para su masificación y consolidación.
Sin embargo, lo anterior no quiere decir que no debamos seguir trabajando. Por ejemplo, en Europa hay empresas que utilizan camiones eléctricos para recoger la basura durante la noche y así no despertar a los vecinos. Esta es una iniciativa bastante interesante porque la estación de carga se instala al interior de esta compañía, que obtiene beneficios tributarios por esta política. 
Lamentablemente en Chile el factor costo juega un papel fundamental…
Es cierto que este aspecto puede afectar la masificación de todos los vehículos que utilizan tecnología limpia, pero es un proceso que hemos visto en distintos sectores y países a lo largo de la historia. No olvidemos que todo lo que en un principio era un equipamiento o accesorio de lujo terminó siendo masificado y utilizado por una gran cantidad de personas. Esto ocurrió con los notebooks o los teléfonos celulares, los cuales pese a ir abaratándose fueron mejorando sus prestaciones y rendimientos, por lo tanto, debería ocurrir lo mismo en este caso.
¿Pero en cuánto tiempo?
Es difícil establecer un plazo definitivo porque todo depende de las características y potencialidades de cada país. Es cierto que podemos encontrar un sector automotriz interesando en fomentar estas tecnologías, pero también se requiere un trabajo de parte de las autoridades gubernamentales y de las compañías eléctricas, entre otros actores.
Desde mi punto de vista, creo que en el corto plazo Chile debe fomentar los vehículos a gas natural porque es lo que tiene más cercano a su realidad. Posteriormente, deberá potenciar los modelos híbridos y, finalmente, los que utilizan motores eléctricos.
¿Qué tendencias vemos a futuro?
En el largo plazo se habla de utilizar motores con hidrógeno, pero esta opción todavía requiere ser analizada y estudiada, ya que se debe comprimir este elemento, almacenarlo y transformarlo en energía mediante un proceso que sea lo suficientemente seguro para los ocupantes de un vehículo. Si se logra lo anterior, este nuevo combustible sería bastante interesante y útil porque la atmósfera de la tierra está compuesta por hidrógeno.
¿Cómo se ha comportado Chile frente a estas tecnologías?
Deberíamos estar frente a un país que no tendrá problemas en adoptar estas nuevas tecnologías limpias en sus automóviles, siempre y cuando los costos se mantengan dentro de parámetros aceptables para el usuario final.
Este es un tema que muchas compañías automotrices queremos potenciar. No olvidemos que en Santiago la contaminación es un factor muy importante por la cuenca geográfica que envuelve a la ciudad y sus condiciones de ventilación. Si a ello le sumamos que tenemos una normativa que es bastante exigente en cuanto a la antigüedad del parque vehicular, tenemos un contexto ideal para comenzar a trabajar en modelos que hagan del transporte de personas o carga un proceso amigable con el medioambiente. |
