El competir en una economía global, las empresas deben preocuparse de las exigencias de sus clientes en otras latitudes, lo que significa muchas veces regirse por estándares o normativas más exigentes que los de sus propios países de origen. En muchas naciones, los consumidores prefieren los productos con una baja "Huella de Carbono" o fabricados por empresas que han tomado medidas para reducir su impacto en el medioambiente. Y como país exportador, Chile no está ajeno a estas presiones de los mercados internacionales.

Roberto Sivori, Presidente de Colliers.

Juan Luis Ramírez, Comité Tecnológico del Colegio de Arquitectos de Chile.

Bárbara Aguirre, Comité Sustentabilidad Ecoarq del Colegio de Arquitectos de Chile.

Como explica Roberto Sivori, Presidente de la consultora inmobiliaria Colliers, "cada vez es mayor el interés en el mercado local por este tipo de bodegas. Esto lo hemos palpado en la cantidad de consultas que recibimos por que estos inmuebles sean sustentables y en los requerimientos de los clientes del departamento industrial".

En este sentido, Juan Luis Ramírez, Presidente del Comité Tecnológico del Colegio de Arquitectos de Chile, explica que "hoy en día, con la internalización del concepto de ‘sustentabilidad aplicada’, pocos son los proyectistas que diseñan los recintos funcionales sin una estrategia bioclimática asociada a la eficiencia energética, así como ya no se concibe una envolvente sin los parámetros cualitativos de la acumulación, conservación o disipación de la energía, generando fachadas, membranas y pieles activas e inteligentes, que contribuyan a la eficiencia energética".

Por su parte, Bárbara Aguirre Balmelli, Presidenta del Comité Sustentabilidad Ecoarq del Colegio de Arquitectos de Chile, destaca los beneficios de este tipo de diseños en una bodega o centro de distribución, indicando que "estas iniciativas tienen un triple beneficio: por una parte, generamos un ahorro para la empresa, al reducir los gastos energéticos; por otra, para la sociedad, hay un menor impacto negativo frente al cambio climático; y, finalmente, los trabajadores al interior de la bodega pueden aspirar a una mejor calidad de vida".

Para Roberto Sivori, las mayores ventajas de este tipo de construcciones están dadas por la disminución de los gastos de operación, como el consumo eléctrico y de agua. "Los proyectos bajo certificación LEED pueden alcanzar ahorros de energía entre un 24 y 50%, tomando en cuenta como línea base la norma ASHRAE 90.1. Sin embargo, hoy en día la medida más utilizada para ver la sustentabilidad de un producto es su ‘Huella de Carbono’, esto es la cantidad de carbono que un producto emite al medioambiente durante su ciclo de vida total, hasta que éste llega al consumidor final. Estas construcciones emiten un 35% menos toneladas de carbono, haciendo que los productos que se almacenan en ellas sean competitivos en los mercados que se preocupan de esta medida y que, eventualmente, exigirán ciertas normas o regulaciones a empresas exportadoras", agrega.

Estándares para el diseño y construcción de bodegas sustentables

En la actualidad, como señala Juan Luis Ramírez, las normativas de construcción en Chile sólo se refieren a los aspectos constructivos y de implantación del diseño propuesto, y la sustentabilidad se asocia a criterios internacionales de diseño. "Sólo ahora comienzan a considerarse con la puesta en valor del concepto, considerándolo, más que una palabra o una frase a definir, como una ‘actitud conservacionista global’ de intervenir inteligentemente a partir de un contexto general hasta la definición de los dispositivos de uso y aplicación particular en la búsqueda del confort del ambiente interno con utilización de energías limpias renovables y materias primas reciclables", afirma.

Para el profesional, la certificación LEED está poniendo el acento desde hace algunos años en los parámetros a evaluar en pos de una sustentabilidad aplicada de las edificaciones. "Las construcciones, como las bodegas sustentables, debieran considerar o ir considerando estos parámetros en todas sus intervenciones que causen algún impacto en el medioambiente con su implantación barrial, comunal, metropolitana o territorial", dice.

Para Bárbara Aguirre Balmelli, un elemento fundamental al desarrollar un centro de distribución sustentable es su ubicación. "El transporte de bienes/productos conlleva un gasto de combustibles fósiles que a su vez impactan tanto en el medioambiente como en su costo. Entonces, una bodega, como generador de contaminación, debería hacerse cargo de disminuir su impacto en el entorno. Por lo tanto, es importante que sea posible que los productos se originen en la localidad más cercana para reducir el impacto de contaminación por transporte. Es decir, bodegas 'descentralizadas' que suministren para las necesidades locales", propone.

Según la arquitecta, en el país ya se han comenzado a desarrollar centros de distribución sustentables, y menciona el centro construido para la empresa Fasa, diseñado por el arquitecto Guillermo Hevia. "En otros casos, existen soluciones parciales a proyectos ya construidos o diseñados sin criterios sustentables", explica.

En términos de certificación LEED, Sivori observa que existen a nivel internacional 33 proyectos de centros de distribución y bodegas que cuentan con esta certificación, mientras que 83 están en proceso de obtenerla. Sin embargo, en el país sólo se encuentran tres proyectos en proceso de certificación: una planta industrial, un centro de distribución y un centro de bodegaje.

A juicio de Juan Luis Ramírez, las empresas nacionales están dispuestas a realizar la inversión para construir bodegas sustentables. "Los grandes inversionistas sí están dispuestos a realizar una ejecución sustentable, ya que su visión a largo plazo es muy clara, pues asocia a sus costo-oportunidades, la calidad en el tiempo. Si bien la propuesta de aplicación sustentable es de un costo inicial importante, esta inversión se amortiza en el mediano plazo, con una utilidad efectiva e interesante, económicamente hablando, que en rigor bajará su consumo energético y minimizará su factor contaminante. Si las estrategias sustentables han sido bien aplicadas y son relevantes deberá existir beneficio económico, y por qué no, optar en el futuro a una ‘tarifa verde’, como existen en otros países desarrollados", añade.

En este sentido, el profesional señala que la factibilidad de utilidades asociadas se reduce con la escala del proyecto, ya que los costos de instalación y diseños proyectuales involucran un alto costo monetario y no es amortizable en el corto plazo. "Es más factible en el caso de bodegas de grandes volúmenes de acopio la aplicación de estrategias basadas en parámetros sustentables, ya que se puede manejar la utilidad con una gestión inteligente de negociación, basada en el volumen de acopio de calidad, preservado sustentablemente por la estrategia de una ‘construcción verde’", concluye.