En aspecto a cuidar durante el transporte es el impacto de la vibración. Cada modo de transporte (tren, camiones, naves marítimas o aéreas) somete a las cargas a distintas frecuencias de vibraciones, medidas en (Hz). Para proteger productos sensibles a la vibración es esencial determinar la frecuencia propia de cualquier componente sujeto a daños, y compararlo con las características de vibración del diseño del embalaje, sometiéndolo a ensayos que simulen el transporte con un diseño y material determinados. Esto, porque los materiales de acolchonamiento empleados para proteger los productos tienen su propio rango de frecuencias de vibración, amplificándola y transmitiéndola al producto, asociado también al impacto del contenedor externo (caja, etc).
A frecuencias menores que el rango de amplificación, el material y modo de acolchonamiento transmitirá la vibración sin modificación al producto; en este caso, se dice que el producto está acoplado con el contenedor externo. A frecuencias mayores, en tanto, el material atenuará la vibración, es decir, absorberá vibración dentro del acolchonamiento y reducirá el impacto dañino sobre el producto.
Mayor riesgo de daño ocurre cuando las vibraciones inducidas por el transporte (medio y calidad del camino, rieles, condiciones ambientales, suspensión, equipos de carga, etc.) coinciden con la frecuencia natural del producto o alguno de sus componentes críticos, causando una frecuencia de resonancia y vibración.
Para los productos sensibles, generalmente basta con que el diseño del empaque no amplifique la vibración de la frecuencia natural del producto para evitar daños durante envíos. Para aquellos productos sensibles, se debe generar embalajes que atenúen la frecuencia. La respuesta de los materiales puede estimarse, pues debe ser conocida por los proveedores y, adicionalmente, someterse a ensayos en laboratorios especializados, con el embalaje conteniendo el producto final, simulando condiciones de transporte(1).
Los materiales de acolchonamiento deben proteger contra impactos provenientes, además, de la manipulación, tales como caídas, pateaduras, caída de otros productos sobre ellos. El diseño del embalaje debe también ayudar a reducir la deformación o aplastamiento del contenedor. En algunos casos, los materiales se emplean principalmente con la función de inmovilizar los productos dentro del embalaje para asegurarlos.
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Containers llenos de productos embalados sufren movimientos, golpes y vibración durante tormenta en alta mar. |
Materiales de acolchonamiento
Algunos de los materiales comúnmente empleados incluyen aquéllos de relleno, es decir, partículas que ocupan el espacio en torno al producto libremente, donde la caja debe sellarse ajustándose. En esta categoría se encuentran los "maní" de poliestireno expandido o piezas pequeñas producidas de materiales expandibles base almidón que aprovechan el aire como componente, y materiales amistosos con el medioambiente.
Otro concepto es el uso de materiales que aprovechan las condiciones de enrollado -mecánico o manual-, tales como el papel crepé (arrugado), láminas de pulpa de celulosa pre-arrugada o con gofrados, papel kraft y el común papel de diario. Estructuras de paneles de fibra corrugada, multi-capas, así como piezas tipo esquineros preformados, o diseños especiales para cada producto, o estructuras tipo panal de abeja, buscan aportar mayor protección al menor peso posible.
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Bolsas con aire permiten consolidar cargas con bajo impacto ambiental. www.secureaload.com |
Las estructuras moldeables también son una opción: entre ellas, las espumas poliméricas más comunes empleadas son de PS, poliestireno expandido; PP, polipropileno; PE, polietileno y poliuretano. La ventaja de estos materiales radica en su bajo peso y capacidad de moldear piezas ajustadas tanto al embalaje por la cara externa, como al producto, encapsulando el producto e inmovilizándolo.
Finalmente, es interesante notar que el aire como componente de acolchonamiento, no sólo tiene bajo costo, sino que aporta gran resistencia para consolidar cargas a un peso reducido y no tiene impacto ambiental. Las tendencias en el rubro, por tanto, van por desarrollar elementos que incluyan burbujas o aire en soportes adaptables a los espacios entre producto y embalaje.