¿Cuáles son las características del mercado transportista español?
España es un país que pertenece a la Comunidad Europea, por ende, su mercado de transporte de cargas debe responder y cumplir una serie de exigentes normas internacionales, por lo que no es fácil incorporarse como un nuevo actor a este nicho de negocio. Sin embargo, estos altos estándares de servicio nos posibilitan acceder a distintos mercados fronterizos de manera rápida y segura a fin de concretar nuevos negocios con otras naciones europeas.

Este escenario nos obliga a fomentar sectores productivos y económicos altamente preparados, con conocimiento de mercado y profesionalización de sus actividades mediante capacitación o talleres, ya que todos los países de Europa se caracterizan por brindar un servicio de la más alta calidad porque, básicamente, respondemos a las mismas normas y exigencias.

¿Qué medidas adoptaron para trabajar en este escenario?
Como no cualquier empresa puede entrar a competir al mercado europeo porque junto con una fuerte competencia existe una exigente reglamentación respecto a la antigüedad de los camiones, tipo de motorización, parámetros medioambientales y normas laborales, entre otros temas, España adoptó hace mucho tiempo políticas que fomentaran la aparición de un sector profesionalizado y trabajó fuertemente para potenciar este sector productivo.

¿Cuáles fueron esas políticas?
Por un lado, tenemos el hecho de acatar una normativa europea y trabajar para cumplir cada uno de sus requerimientos. A nivel interno, hace muchos años comenzamos a trabajar con autoridades públicas y privadas en la formación y capacitación de nuestro sector a través de universidades o entidades especialistas. Fue un trabajo de muchos años que, finalmente, rindió sus frutos. Esto nos permite asegurar que la profesionalización del sector transporte requiere de una fuerte inversión de capital, el cual debe ser abordado conjuntamente por el empresariado y el Gobierno.

Hay que tomar otras medidas…
Por supuesto. En España todos los vehículos y empresas que los utilizan deben estar claramente identificados a través de un código, lo que entrega una mayor transparencia, seriedad y seguridad al mercado. A ello se suma que existe una diferenciación entre dos actores: aquel que vende un servicio de transporte y cobra por éste; y otro que comercializa otro tipo de productos -por ejemplo lavadoras- y utiliza sus camiones para trasladar esta mercancía a destino.

Curiosamente, me han comentado que en Chile no existe este registro ni tampoco una fuerte diferenciación entre ambos sectores, por ende, es una de las primeras medidas a trabajar para evitar la presencia de irregularidades o personas que privilegian los costos antes que un servicio de calidad.

Para algunos sectores del transporte el tema costo es fundamental…
En un principio a nosotros también nos costó invertir en formación y profesionalización, pero con el tiempo se dio un trabajo en conjunto de distintas entidades privadas y estatales para lograr lo anterior. Lo que ocurre es que no se puede aspirar a la profesionalización del transporte sin una fuerte inversión, por eso, es fundamental que las grandes, medianas y pequeñas empresas reconozcan y piensen que a futuro pueden dejar como legado una compañía profesionalizada que cumple con los mayores estándares de seguridad, confianza y respeto al medioambiente, es decir, que está preparada para competir en distintos mercados sudamericanos.

A su juicio, ¿cuánto falta para que Chile alcance la profesionalización?
En el caso español, tardamos casi 20 años en alcanzar un mercado desarrollado, profesionalizado y comprometido, ya que debimos renovar la mentalidad a casi una generación de empresarios ligados al sector transporte. A ello se suma que hay que hacer un cambio de imagen, normativas y estructuras de trabajo que están muy arraigadas a las personas. Debido a lo anterior, y según mi experiencia, no antes de cinco años pueden empezar a ver los primeros resultados de seguir políticas serias orientadas a este nicho.

Lo positivo es que he visto un país que está muy interesado en hacer las cosas bien, por eso creo que llegó el momento en que Chile debe decidir si sigue con el actual e imperfecto modelo de gestión u opta por uno competitivo a nivel internacional.