Considerando la variedad de mercancías que se catalogan dentro de este rubro, la Logística de Cargas Especiales se debe enfrentar siempre considerando, en primer lugar, las características de los productos en sí. Esto determinará en gran parte las necesidades a cubrir, como el embalaje, que será responsable de proteger la mercancía durante el tránsito y, por ende, debe considerar el modo de transporte.
Asimismo, al elegir los medios de transporte se debe tener en cuenta que serán definidos, a su vez, por las condiciones y tiempos de tránsito que estos implican. Estos aspectos son fundamentales porque, por ejemplo, pueden alargar la mantención de la cadena de frío o del control de temperatura, lo que es un factor de suma importancia para vacunas o insumos médicos.
De igual modo, durante la planificación del embarque es imperioso conocer cuáles son los organismos (normalmente, pertenecientes al Estado) que intervendrán en los diferentes puntos del traslado de la carga, requiriendo alguna autorización o certificación adicional. Un ejemplo de lo anterior es la labor que realiza el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), que efectúa controles fronterizos fito y zoo sanitarios, que apuntan a evitar la introducción desde el extranjero de enfermedades o plagas que puedan afectar a los animales o vegetales y dañar gravemente a la agricultura. Estos controles se realizan en los lugares de entrada al país, ya sea por vía terrestre, aérea o marítima. En caso de exportaciones de productos animales o vegetales, el SAG también participa en su certificación sanitaria, la que es reconocida internacionalmente por haber sido elaborada en base a normas y estándares que regulan el comercio mundial.
Normativas poco unificadas
Además, hay que recordar que hay normativas nacionales e internacionales que regulan el tránsito de estas cargas. A modo de ejemplo, si el traslado de una carga con sobrepeso (o sobredimensionada) se hará por medio terrestre atravesando las fronteras de más de un país es importante conocer cuáles son las restricciones y normativas que aplican. En el MERCOSUR, donde algunos países aún no han unificado sus criterios para el transporte terrestre, una carga que viene desde Brasil vía Argentina hacia Chile está sujeta a distintas normas y leyes en estos tres países.
Esto queda demostrado con las restricciones de peso por eje: si bien el peso total por camión es el mismo en los tres países, el peso permitido por eje es una cifra que difiere en cada país y puede resultar muy complejo compatibilizar estas distintas restricciones. En este sentido, no es raro que un camión pase por un país sin problemas, mientras en otro es multado o incluso retenido por no cumplir con las normativas locales.
Entonces, todas esas consideraciones debemos plasmarlas en la planificación del embarque y revisar que todos los antecedentes puedan ser cumplidos, tanto de parte de quien está generando el embarque como por quién está recibiéndolo. En este sentido, es muy importante la comunicación de todas las partes que intervienen en este embarque, a fin de evitar los imponderables que se puedan presentar. Al contar con la información, los conocimientos y la colaboración de todos los involucrados se puede tener mayor certeza de éxito para realizar este tipo de transporte.
Otros requerimientos más allá de la ley
Tanto en nuestro país como a nivel internacional, el transporte aéreo, marítimo y terrestre tiene su propia regulación para el traslado de cargas consideradas como "peligrosas" (radioactivos, explosivos, tóxicos, corrosivos, etc.). De hecho, en Chile, desde hace poco se hizo exigible que, para el transporte marítimo internacional, también se cuente con personal con capacitación formal para manejar este tipo de productos. En la industria aérea, en cambio, hace bastante tiempo se viene exigiendo que se cuente con dos personas que hayan realizado los cursos de la IATA sobre mercancías peligrosas. Actualmente, las empresas de transporte terrestre también están enfrentando estos requerimientos sobre personal calificado para el manejo de estas sustancias.
En el caso de los operadores logísticos, no basta con que esta empresa cumpla con las certificaciones exigidas para las áreas de transporte en las que interviene, sino que a su vez debe garantizar que sus socios estratégicos y prestadores de servicios también cuenten con los requerimientos que exigen tanto la ley como sus clientes.
El operador logístico debe ceñirse no sólo a lo que legalmente se exige, sino que tiene una obligación ética de cumplir con los parámetros que el cliente requiere. Hoy en día, las empresas clientes pueden ser muy exigentes respecto del transporte de sus cargas peligrosas y tienen sus propios parámetros para medir a sus proveedores. Este es el caso de las compañías mineras, que requieren una serie de certificaciones -locales e internacionales- para acreditar a las empresas que realizan el transporte de sus cargas.